Hola
No es solo que, durante las semanas que antecedieron a sumuerte Howard avisó a todos sus amigos (y a todo aquel dispuesto a escucharlo) de que alguien iba a matarle dentro de muy poco a menos que consiguiera reunir 17.000 dólares. Es también porque, aún entre lanutrida población de homeless de Nueva York, pocas veces se ve a uno tan bien relacionado y que guardara un tesoro valorado en un millón de dólares.
Este tesoro era fruto de una obsesión deHoward: coleccionar fotografías antiguas de famosos del cine y la televisión entre los años 50 y 90. Tanto le gustaba esta colección que generalmente prefería gastarse el dinero que reunía en las callesen más fotos que en comida. Y lo hacía con tino: entre las valiosísimas instantáneas hay unas de la comediante estadounidense y reina de la televisión durante los 50, Lucille Ball, (la favorita deHoward) que están valoradas en decenas de miles de dólares.
Quizá en este preciado muestrario se encuentre la clave de su misteriosa y preconizada muerte. Frank solía guardarla en un almacén que teníaque pagar. Durante años, según ha contado uno de sus amigos, tenía un acuerdo con un amigo suyo para resolver esa situación: Henry Hewes le abonaría el almacenaje a cambio de recibir parte de losbeneficios de vender la colección... o directamente se la quedaría cuando muriera Frank. Pero algo debió cambiar en el acuerdo. Precisamente una semana antes de morir, Frank puso un embargo preventivo...
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