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-Las Aventuras del Marxismo IEstética y teoría crítica de la cultura
2º cuatrimestre de 2012 – orientación: Teoría y filosofía política

Profesor Titular: Dr. Eduardo Grüner
Profesora Adjunta: Dra. Gisela Catanzaro
Jefe de Trabajos Prácticos: Dr. Ezequiel Ipar
Ayudantes: Mg. Jung Ha Kang/ Dra. Mariana de Gainza

Fundamentación
La relación de las ciencias sociales con la filosofía modernaes relativamente
bien conocida en lo que respecta a su dimensión política, ética y gnoseológica.
Difícilmente puede pasar desapercibida la vocación filosófica de los clásicos (Marx,
Weber, Durkheim), así como su dependencia de problemas y conceptos que pertenecen
a la tradición filosófico-política (Hegel, Kant, Spinoza, Hobbes, Maquiavelo) que los
precede. Según la historia de las cienciasinaugurada por Comte, todas las ciencias
sociales tenían que ser consideradas tributarias de la metafísica racionalista y sus
derivaciones en el campo de la teoría del conocimiento y la teoría política. Diferente es,
sin embargo, el lugar que le cabe a la filosofía estética en esta pre-historia (oficialmente
reconocida) de las ciencias sociales. Su desplazamiento, cuando no su absolutarepresión, aparece como uno de los resultados necesarios de toda fundamentación
científica del conocimiento social. Contrariando la dimensión estética de categorías
como la de actor y representación social, la importancia del estilo en la composición de
conceptos de un autor como Weber o el recurso de Marx a las metáforas teatrales para
comprender la vida política, el positivismo en las cienciassociales emprendió un
enorme e incesante esfuerzo por expurgar del conocimiento social su relación con la
estética. En vez de intentar comprender la compleja relación que se daba entre ambas, el
positivismo simplemente suprimió a la filosofía del arte del horizonte de las relaciones
legítimas del pensamiento científico de lo social.
Por el contrario, y a diferencia de esta reconstrucciónpositivista de la prehistoria de las ciencias sociales, el marxismo occidental se construyó a sí mismo como
cuerpo teórico a partir de una productiva recuperación de la teoría estética, por más que

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ésta no haya sido siempre revalorizada en las líneas centrales de su discusión académica
y política. De Lukács a Adorno, de Sartre a Althusser, puede rastrearse la tentativa
(formulada en términosmuy diversos) de asignarle a la filosofía estética (y al arte en
particular) una función destacada dentro del conocimiento social, tanto en lo que se
refiere a la complejización de sus temas, la configuración crítica de su metodología y,
finalmente, a la problematización de la forma de exposición de sus resultados.
La estética se transformó en la teoría crítica en una instancia fundamental quehizo posible una triple interrogación de lo reprimido en la organización positivista de
las ciencias sociales: por un lado, ha generado las condiciones de posibilidad de una
desmitificación de la cultura (y muy especialmente del lenguaje) y de su lugar en la
reproducción social; por otro lado, ha permitido un cuestionamiento de las estrategias
metodológicas que reducen las distintasdimensiones del ser social a una miríada de
hechos cuantificables y sistematizables en términos funcionalistas (desconociendo el
sentido d e esos hechos y su compleja circulación social); finalmente, la estética sirvió
para recuperar el carácter esencial que el momento de exposición de lo previamente
investigado y analizado adquiere en las ciencias sociales (esto implica, claro, la
necesidad dereflexionar acerca de su relación inmanente con la escritura). Las tres
grandes torsiones de la pre-historia de las ciencias sociales que realiza la teoría crítica a
partir de su relación con la estética -cuando son consideradas en su auténtico alcancedevienen intervenciones polémicas que permiten reponer en el centro de la discusión
aquello que quisiéramos llamar el inconsciente teórico de la...