Hola

Cinco meses antes.

La luz de las velas hacía que el momento fuese aún más perfecto para Janelle, ella estaba con sus codos sobre la mesa y los brazos estirados para albergar su mentón entre el dorso de sus manos. Ella miraba a Chad esperanzada, había una atmosfera que no existía antes entre ambos. Él le sonrió con picardía y ladeo su cabeza, agarrando su rodilla por debajo de la mesa.
—Tetengo que decir algo. —ella asintió en respuesta— He disipado toda duda que me quedaba para compartir mi vida con alguien más. Mentiría si no te digo que me lo plantee un millón de veces antes de decir, pero pienso que es hora.
Janelle se quedó viéndole tan fijamente que a Chad se le retorcieron las entrañas, ella sonreía, sonreía como una niña feliz a la que le regalaban el nuevo muñeco junto a laBarbie que toda chica infante deseaba.
—¿Quieres casarte conmigo?
El aire se le fue de los pulmones y en vez de responderle, se le abalanzó encima, ahuecando cada rincón de su rostro entre sus manos para besarle y darle con eso a entender de que aceptaba. Seguramente sería la mejor noche de todas sus vidas.

Presente.

Capítulo uno.

—¡Qué día de infierno es hoy! —Gonzalo iba de un lugara otro con el ceño fruncido, pasando sus manos por el rostro. Me miraba yo soltaba sonrisas a ratos, era bastante cómico verle así— ¿De qué te estás riendo, eh?
—De ti, ¿por qué te estás moviendo de aquí para allá como si fuese realmente malo, uh? ¿Discutiste con el gran jefe? —la mirada que me dirigió fue tan fría que accedí a sacar mis conclusiones— Vale, entendí tigre. ¿Quieres hablar sobreeso?
Negó y yo asentí de manera comprensiva. Pasé mis dedos por sobre los de la mano contraria, entrelazando y le seguí mirando. Conocía tanto a este chico que podría decir que era casi mi hermano.
—Me dijo que si no mejoraban las ventas de aquí a una semana más me echaría. Patitas en la calle, así tal cual. —hice un mohín y entrecerré los ojos. Nuestro jefe era un idiota, verdad en todo eso,pero algo más tenía que haber detrás, podía ser compasivo, tendría que haberle dado razones para reaccionar así, levanté mi ceja y él suspiró— Me acosté con su esposa hace cuatro días.
¡Gran estúpido!
Me tragué algún tipo de reproche y subí los hombros al compás de mi respiración. Conté hasta veinte. Maríe era una de mis mejores amigas y Gonzalo estaba pillado por ella desde hace un par de meses,pero era la esposa del jefe. Del gran jefe. ¿Cómo es que no lo echó al instante? ¿Y en qué habrá quedado con ella? Gruñí viendo hasta el techo y después algo acusadora hasta él. Torció los labios.
—Sé que lo que hice estuvo mal, ¿vale?
—Es la cosa más subnormal que has hecho en tus veintiún años. ¡Claro que sí! ¡Estuvo pésimo!
—Escucha, mamá de remplazo, tienes que ayudarme.
—Tienes quemadurar. —me levanté caminando hasta la oficina de Brig (jefe), quedé a pocas de tocar la puerta y me voltee para mirar a mi amigo destruido en su escritorio— Voy a conseguirte más tiempo, ¿entendiste? Pero si no se da, te las vas a compensar todo tu solito, me metes en cada rollo como si tendría que ser tu gran salvadora.
—Eres mi ángel. —sonrió y negué con la cabeza, tocando el pedazo de madera unasdos a tres veces.
—Pase. —entré a zancadas y me quedé parada a que él viera quién era en realidad para dejarme pasar más. Soltó una risita de entre dientes y levantó la voz— Entra, Janelle. ¿Qué ocurre?
—Oye, Brig… Jefe. —él asintió— Tienes que estar bromeando con darle una semana para aumentar las ventas. Eso nunca ha ocurrido.
—Se acostó con mi esposa, Jan. Estoy siendo generoso en verdad.Podría haberlo despedido en cuanto lo supe, pero razoné por las suplicas de Maríe en que fue ella quién lo seducía. Terminamos esta mañana, está empacando sus cosas y se marchará a lo de su madre, por si querías saber a donde la envíe. Le pagué los pasajes y algo de dinero para mantenerse hasta que encuentre algún trabajo decente. La ayudaré en lo que necesite. Pero no voy a darle el divorcio....