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Laura Vicuña, beata
El don de amor de una pequeña muchacha

5 de abril de 1891 - 22 de enero de 1904. Celebración: 22 de enero

El fondo de la amable y dolorosa vida de Laurita, una muchacha chilena delicada y jovencísima, no está formado por unanarración legendaria entretejida por varias personas. Hay 652 páginas extensas de testimonios jurados y de documentos estudiados por especialistas: una investigación que duró 50 años.

Entre los testigos que declararon jurando decir "toda la verdad y solamente la verdad" están su hermana, Julia Amanda Vicuña y don Augusto Crestanello, confesor de Laura durante cuatro años.

Su padre, José Domingo,era militar de carrera y de familia noble de Santiago, capital de Chile. Pero sus hermanos le miraban con desconfianza porque se había casado con una "modista", Mercedes Pino. Durante la revolución del año 1891 (Laurita era una bebé de cuatro meses, siempre en brazos de su mamá), José Domingo se habla alineado con el presidente José Balmaseda, pero el presidente había sido derrotado, y las tropasfieles a él, dispersadas.

José Domingo logró salvarse gracias a una huida de 500 kilómetros hacia el sur. Se instaló en la ciudad de Temuco. Allí nació, en medio de las incomodidades de una vida pobre, la segunda niña, Julia Amanda, a la que Laurita llevó prácticamente de la mano durante toda la vida. En el año 1897 (Laura tenía ocho años y Julia Amanda tres) murió su padre.

La madre seencontró de repente viuda, con dos niñas que mantener y carente de todo medio de subsistencia. Volvió a trabajar como modista, buscando trabajo de casa en casa, pero a los dos años se halló cansada y desesperada.

Temuco está a los pies de los Andes, y muchas familias pobres, cuando llegaban al borde de la miseria, formaban una caravana y probaban emigrar al otro lado de las montañas, a Argentina.En el verano austral del año 1899, Mercedes Pino, llevándose consigo a sus dos pequeñas, se unió a una de estas caravanas. Se instaló en Las Lajas, al otro lado de la frontera.

Pero la solución de los problemas no está muchas veces "más allá de las montañas". A los pocos meses, aquella mujer, aún joven y respetable, que deseaba poder trabajar honradamente, se halló de nuevo sola, sin apoyo nitrabajo. El testigo López Urrutia afirma: "Manuel Mora, al volver de la cárcel de Chos-Malal en la que había estado recluido, conoció a Mercedes Pino y se la llevó a la estancia de Quilquilhué".

Manuel tenía en aquella solitaria región andina dos haciendas, estancias, donde criaba ganado bovino con la ayuda de trabajadores y familias que dependían totalmente de él. Era un típico gauchoargentino, robusto y prepotente, siempre a caballo o armando líos. En ese tiempo debía de tener unos cuarenta años, y si acababa de salir de una prisión no sería sin motivo. Lo llamaban gaucho malo, criador malo, porque tenla un carácter soberbio y pasaba de las maneras amables a comportamientos brutales y crueles. Se comportaba como un grosero tiranuelo feudal.


Comida abundante y humillaciónUn misionero que trabajó durante mucho tiempo por aquellos parajes, don Zacarías Genghini, atestiguó: "La señora Pino, al hallarse sola y con dos hijitas que mantener, aceptó convivir con Manuel Mora, como lo hacen en iguales circunstancias muchas mujeres por estas tierras. Aquí nadie se maravilla por eso".

En la extensa estancia Laurita y Julia Amanda conocieron por primera vez comidaabundante y hermosos vestidos, y la señora Pino aceptó la humillación de ser la mujer de un hombre que no se había casado con ella, y que a momentos se comportaba bestialmente.

A 20 kilómetros de la hacienda había un pueblo, Junín de los Andes (trescientos habitantes, a 780 metros sobre el nivel del mar). Las religiosas Hijas de María Auxiliadora habían abierto allí hacia un año una misión-escuela...