Hola
El investigador camina apresurado aun cuando quisiera que el trayecto se hiciera eterno para no enfrentarse a su jefa... ¿Cómo librarse de una llamada de atención?
—¡Lecontaré una historia!—. Antonio Carranza decide convertirse en el pato que come una goma y se borra, por lo cual no entrega su informe labo- ral. Respira hondo, suelta el aire y organiza sus ideas ayudadopor el esquema que ayer ideó:
El investigador descubre que ahora es capaz de urdir historias, puede ser convincente si sólo cuenta lo ocurrido en los nudos y no se entretiene con catálisis, es decir,con todo lo que va entre nudo y nudo... pero él no puede narrar esa historia: “¡Es inmoral que un licen- ciado salga con pretextos e invenciones de adolescente irresponsable!”, se dice a sí mismo, yrecordando que “Yo no soy de los cobardes que le temen a la muerte”, decide que dirá la verdad y afrontará las consecuencias... Aunque sabe que si pudiera enviar a otra persona a con- tar esa historia,quizá no se sentiría tan inmoral...
—¿Y quién puede contar esa historia? ¿Quién puede ser el narrador? —se pregunta. —Ojalá que un dios se apareciera a la jefa para decirle: “El licenciado Carranzano trae su informe porque sucedió que...” Un narrador que supie- ra todo, mis pensamientos, sus pensamientos... ¿cómo se llama el que sabe todo?... ¡Ah!, ¡odespués vienen las repeticiones, convariantes maquilladas para que no las reconozca uno al principio. A veces es difícil identifi- car cuál es la experiencia original, para ello es necesario saberse mover como ratón entre los sótanos de lamemoria.
Antes del episodio de la sopa no ingerida, recuerdo otro: una vez que concluí mi estancia en el jardín de niños, mis padres soli- citaron mi ingreso a la primaria, el cual fue negado por notener todavía los seis años cumplidos. Me faltaba un mes y medio para llegar a esa edad y no hubo forma de convencer a los distintos directores de las escuelas de que se me diera la oportunidad de no...
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