Hola

Arriésgate a ser Feliz Alexa Parra
Estaba de pie en la micro, debido a que todos los asientos se encontraban ocupados por adultos mayores, mujeres con niños, jóvenesafortunados y hombresque, con los ojos cerrados, apoyaban la frente en el cristal de la maquinaria, sumiéndose en un ligero sueño.
El reloj marcaba las 16:27, me esperaban 40 minutos de viaje, 40 minutosmirando por la ventana, 40 minutos de música, 40 minutos imaginándome diversas aventuras que dudaba que algún día le sucedería a alguien como yo, alguien común y corriente, aburridoe insípido.
Íbamospor la quita parada y por la séptima canción cuando subiste. Debo admitir que al comienzo no llamaste mi atención, ni siquiera el hecho de que tu delicada mano estuviera firmemente agarrada a unoscentímetros de la mía me hizo quitar la vista de la ventana. Sólo el darme cuenta de que sacabas algo de tu bolso me hizo mirarte instintivamente. Habías sacado un libro, era la novela que recientementehabía terminado de leer, nuestra favorita. Te miré con asombro, eras una bonita coincidencia. Muy pocas veces puedes encontrar a alguien que este leyendo lo mismo que tú y menos en un lugar tanpúblico como lo era ese, fue por ello que alce mi rostro y te observe, mis ojos viajaron por tus cabellos castaños y lisos, tus mejillas, tu pequeña boca rosada, y mirar tus ojos, los cuales, salieron dela lectura para mirarme. Te sostuve la mirada hasta que miraste a otro lado, sonrojada e incómoda.
Quería hablarte, pero no se me ocurrió nada que decir. Trate de que mi boca saliera un simple “hola”o un “¡oh! ¡Ese libro es genial!”, para que iniciáramos una conversación, pero nada salía. Cuando finalmente me decidí a hablar, te alejaste lentamente hasta bajar y caminar quizás rumbo a tu casa.Pasaron los días, tú seguiste subiéndote a la misma hora y lugar. A veces te observaba leer desde a lo lejos, mientras que en otras me debatía el ir ha hablarte.
Finalmente te hable,...