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Una intelectual con gran poder. En los años sesenta,ella estimuló la irrupción de una nueva generación de artistas y reconoció como sus miembros más talentosos a Luis Caballero, Carlos Rojas, Santiago Cárdenas, Pedro Alcántara Herrán y Beatriz González.En esa misma década, Traba pone en funcionamiento el Museo de Arte Moderno de Bogotá, que tuvo su primera sede en la UN. No es casualidad, pues la Universidad fue uno de los frentes por dondeentraron las nuevas ideas al país. Bajo su dirección fue un espacio de experimentación y una plataforma para pensar el entonces inexplorado arte latinoamericano.
La profesora Pini explica que losplanteamientos de Traba son de referencia obligada cuando se habla del arte latinoamericano, sobre todo en los años sesenta y setenta. En este sentido cobra relevancia su libro Dos décadas vulnerables enlas artes plásticas latinoamericanas 1950 - 1970, publicado en 1973.
“Las teorías de Marta Traba son importantes para mirar el arte de la región como una realidad muy compleja, con situaciones muydistintas dependiendo del país, en la que no cabían modelos únicos”, resalta Pini.
Siendo directora nacional de Divulgación Cultural de la UN, Traba fue censurada por manifestar su rechazo a laocupación militar de la institución en 1968. A los pocos años salió del país y comenzó un periplo que la llevó por Montevideo, Caracas, San Juan de Puerto Rico, Washington, Barcelona y París.
Un viajeque terminó inesperadamente cuando se aprestaba a volver. En 1983 fue invitada al Primer Encuentro de la Cultura Hispanoamericana en Bogotá, pero el avión en el que viajaba se accidentó cerca de...
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