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I.- Régulo: Héroe Romano
Atilio Régulo fue general y estadista romano (siglo III a.C.) durante la Primera Guerra Púnica entre Roma y Cartago. Su legendaria fidelidad a la palabra empeñada lo inmortalizó en la historia romana.
Sucedió que Régulo fue capturado y llevado a Cartago. Enfermo y solitario, soñaba con su esposa allende el mar, y tenía pocas esperanzas de volvera verles. Amaba entrañablemente su hogar, pero creía que su primer deber era hacia su patria.
Un día algunos notables de Cartago fueron a la prisión para hablar con él.
Nos gustaría pactar la paz con los romanos –dijeron- y estamos seguros de que tus magistrados aceptarían con gusto si supieran el estado en el que va a la guerra. Te pondremos en libertad y te dejaremos regresar, si aceptashacer lo que decimos.
¿Y en qué consiste?- preguntado RÉGULO.
En primer lugar, debes contar a los romanos acerca de las batallas que habéis perdido, debes aclararles que con la guerra no han ganado nada. En segundo lugar, debes prometernos que, si no aceptan la paz, regresarás a tu prisión.
Muy bien. Prometo que, si no aceptan la paz, regresaré a la prisión. Y lo dejaron en libertad, sabiendo queun romano cumpliría su palabra.
Cuando llegó a Roma, todo el pueblo le saludó con regocijo. Su esposa y sus hijos estaban muy felices, pues pensaban que no se separarían nunca más. Los canosos senadores que redactaban las leyes de la ciudad fueron a verle. Le preguntaron acerca de la guerra.
Fui enviado de Cartago para pediros que aceptarais la paz –dijo Régulo-, pero no sería aconsejableaceptarla. Nos han derrotado en algunas batallas, es verdad, pero nuestro ejército gana terreno día a día. Los cartagineses tienen miedo, y con buena razón. Continuemos la guerra un poco más y Cartago será nuestra. En cuanto a mí he venido a despedirme de mi esposa , de mis hijos y de Roma. Mañana regresaré a Cartago y a la prisión, pues lo he prometido.
Los senadores trataron de persuadirlo de que sequedara.
Enviemos a otro hombre en su lugar. – Dijeron.
¿Acaso un romano faltará a su palabra? –respondió Régulo- Regresaré tal como lo prometí.
Su esposa y sus hijos lloraron, y le rogaron que no los abandonara de nuevo.
He dado mi palabra –dijo Régulo- Será lo que deba ser. Luego se despidió y regresó con gallardía a la prisión y a la cruel muerte que le esperaba.
Este coraje de susciudadanos transformó a Roma en la gran civilización que llegó a ser.
II.- Mucio Scevola
El rey etrusco, Porsena, determinó rendir por hambre a la ciudad. Roma se salvó por un acto de heroísmo de un joven llamado Cayo Mucio.
El Héroe salió de la ciudad y penetró en el campo enemigo con un puñal escondido bajo el manto. Ante la tienda del rey, un oficial pagaba el sueldo a sus soldados. Nadie sepercató del extranjero. De repente, Mucio se arrojó sobre el hombre a quien se dirigían la mayoría de los soldados y, suponiendo que era el rey, lo apuñaló. La víctima era el secretario de Porcena. En el acto, los soldados se apoderaron de Mucio y lo llevaron ante el soberano.
El joven no mostró temor alguno.
Mi nombre es Mucio –dijo a Porcena- Soy romano y quise matar al enemigo de mi patria. Notengo miedo a morir. No estoy sólo; detrás de mí vendrán otros jóvenes romanos que intentarán conquistar el mismo honor.
Porsena enfurecido, amenazó al joven con quemarlo vivo, si no revelaba en seguida qué planes tenían los romanos.
¡Mira! –dijo Mucio-, ¡Mira qué poca importancia tiene el cuerpo para quien desea una gloria inmortal!
Y tras estas palabras puso la mano derecha en el fuego queardía para el sacrificio.
El rey, no pudiendo contener su admiración saltó de su asiento y ordenó a los guardias que alejaran al joven del altar.
¡Vete! -dijo- Elogiaría tu valor si lo dedicaras al bien de mi patria.
Mucio quiso corresponder a la generosidad del rey.
Tu magnanimidad conseguirá lo que no lograste con amenazas. Sabe que han jurado matarte trescientos jóvenes nobles, romanos....
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