Hola
(Oficina del Capataz fuera de una mina. Siete hombres desarreglados aguardando. Era una fría mañana de invierno. Sostenían pequeñas lámparas)
Capataz: (Apuntando con un lápiz) ustedes cuatro, váyanse. (Mirando a los tres hombres restantes) Ustedes quédense y acérquense para acá (continúa escribiendo y viendo los papeles de la mesa)
(Entra cabeza de cobre)
Capataz:(deja a un lado los papeles de la mesa, se para y comienza a examinar a cada uno de reojo) Ustedes son barreteros de la Alta ¿no?
Todos: Así es
Capataz: Siento decirles esto… pero… se quedan sin trabajo, por orden debo disminuir el personal.
(Profundo Silencio)
Obrero 1: ¿Pero se nos ocupará en otra parte? Tengo que mantener a mi familia y este es mi único trabajo (con algo de preocupación)Capataz: (Tira el libro con fuerza, apoyando ambas manos en el escritorio) Lo veo difícil tenemos gente de sobra en las Faenas, por eso hacemos esta reducción.
Obrero 2: (Desesperado) Aceptaremos cualquier trabajo que se nos dé, por más desagradable que sea.
Obrero 3: Seremos torneros, apuntaladores, lo que usted quiera.
Capataz: (Mueve la cabeza negativamente) Ya lo he dicho, hay gente desobra y si los pedidos de carbón no aumentan, habrá que disminuir también la explotación de algunas otras vetas.
Obrero 1: (Con una irónica sonrisa, entendiendo toda la situación) Sea usted sincero Don Pedro y díganos de una vez que quiere obligarnos a que vayamos a trabajar al Chiflón del Diablo.
Capataz: (Se sienta en una silla) Aquí no se le obliga a nadie, así que ustedes son libres pararechazar el trabajo que no les agrada, la compañía, por su parte, está en todo su derecho para tomar las medidas que más convengan a sus intereses
(Los obreros con las cabezas gachas escuchaban en silencio)
Capataz: Pero aunque las ordenes que tengo son terminantes quiero ayudarles a salir del paso, hoy en el chiflón nuevo o del diablo, como ustedes lo llamen, hay dos vacantes de barreteros puedenocuparles ahora mismo, pues mañana sería… (Tono serio) TARDE
(Los obreros miran entre si y asintieron con gusto)
(Cambio de cuadro a la mina El Chiflón del Diablo)
(Los mineros están trabajando, a medidas las filtraciones iban en aumento haciendo que de vez en cuando cayeran pedazos de piedra)
Obrero 2: ¡Córrete! Una piedra de arriba. (Apuntando una piedra que cae desde el cielo raso)Obrero 3: (Esquivando con dificultad) Oh, gracias amigo, ya me veía con el medio chichón.
Obrero2: Igual trabajando aquí, es pura suerte que salgaí con vida sí oh.
C. de Cobre: En esta mina nos vamos a morir todos al igual que mi papá y hermano
Obrero 1: Es lo que nos tocará nomas po’. No había más trabajo y si querí que en tu casa halla que comer, tení que trabajar aquí (en tono deresignación)
C. de Cobre: (Tirando su reloj) ¡Ya es hora de irnos! Vámonos antes de que el Capataz nos pille.
Obrero3: (Recoge el reloj y se lo guarda) No tirí las cosas que no veí que a los otros le sirven, ya ahora sí nos vamos de esta porquería.
(Cabeza de Cobre llega tarde a su casa distraído y pensativo)
Mami: Hola hijo, ¿cómo estás? ¿Dónde estabas? ¿Tienes hambre?
C. de Cobre: No tengo hambre,gracias mamá.
Mami: (deja de revolver la olla y mira al hijo) pero…
(De improvisto se abre la puerta y aparece una anciana)
Mami: Buenas noches vecinas. ¿Cómo esta el enfermo?
Anciana: Lo mismo (entrando a la pieza)… el médico dice que el hueso de la pierna no ha sido soldado todavía y que debe estar en la cama sin moverse
Anciana: (Estirando el brazo y cogiendo el jarrón y vaciaba el aguacaliente) ¿y hablaste hija con los jefes? ¿Te han dado algún socorro?
C. de Cobre: (Murmurando con desaliento) Sí estuve allá. Me dijeron que no tenía derecho a nada, que bastante hacían con darme esta habitación; pero si el moría, fuera a buscar una orden para que en el despacho me den 4 velas y una mortaja
Anciana: (Suspirando) Espero que a mi pobre Juan no los obligara a hacer ese gasto...
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