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CAPITULO IX
El sueno roto
En la India Alejandro se dió cuenta de que los geógrafos se habían equivocado. No estaban cerca del océano circular. Todavíafaltaba muchísimo pero él quería seguir adelante. Los soldados estaban agotados y deseaban volver con sus familias a Macedonia después de ocho largos y duros anos.Reunido con sus generales: Hefestión, Crátero,Nearco, Seleuco, Tolomeo y Pérdicas, Alejandro les cometaba las grandes conquistas que había realizado pero quetodavía había que continuar. Los generales le dijeron que ellos eran fieles pero que los hombres ya habían sufrido demasiado. Alejandro contestó que también él habíapasado por lo mismo.
Durante tres días no salió de su tienda, ni comió. Estaba desesperado.
Roxana intentaba darle ánimos y le dijo que ella seguiría con él.Al tercer día decidió hablar con los soldados para convencerles pero se negaron. El viejo Critas fue el que habló por ellos.
Alejandro comprendió que ya nopodía seguir sin su ejército y después de consultar con sus adivinos dió la orden de regresar. Los soldados estaban tan aliviados que lloraban de emoción. Alejandroperdonó a Critas dándose un fuerte abrazo.
El rey dividió a su ejército en tres grupos para el regreso. Uno volvería por Afganistán, los otros dos bajando por elrío Indo hasta la desembocadura en el océano Indico y con la flota de Nearco llegrarían a Persia por el Golfo Pérsico.
Después Alejandro y veinte mil hombresandaron por el desierto de Gedrosia, lo que fue una catástrofe. Murieron la mitad. Por fin en el 324 a.C. llegaron a Pasagarda, una de las capitales persas.