hola
Cien Palabras
Ni más, ni menos
La Lista Un juego Esta sangre La Ley Naranjas
La Lista
- Lo siento, no estás en la lista. No puedes pasar.
- Tengo que estar. Mira de nuevo.
- Ya he mirado. No estás.
- Debe ser un error. Me aseguraron que estaría.
- Ya. Todos dicen lo mismo.
- Esto es inaceptable. Quiero hablar con tu superior.
- Lo siento, aquíno hay nadie más. Solo estoy yo.
- Entonces, ¿quién te da la lista?
- Nadie. Está aquí cuando comienzo mi turno.
- Y tú te limitas a cogerla y controlar la puerta.
- Sí
- Respóndeme a una cosa, ¿alguna vez dejas pasar a alguien?
- En realidad, no - susurra San Pedro. Nunca ha habido un nombre en la lista.
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Un juego
Todos los domingos, puntuales y expectantes, los sobrinos almuerzan con tía Tula. Mientras les sirve la sopa, repasa los rumores más notables del vecindario, pródigo en leyendas de sangre caliente.
En realidad todo es un juego. Los sobrinos van divulgando las historias más descabelladas, para que lleguen a oídos de la tía. Elganador es quien le cuele la patraña más escandalosa.
- Dios misericordioso. Se dice por ahí que el nuevo cura es hermafrodita.
Estallan las risas, el vencedor levanta su copa.
En realidad, Tula es todo menos tonta. Pero no quiere que los niños dejen de venir los domingos.
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La Ley
Presidente, gracias por atenderme. Sé que estás ocupado. Solo quería hacerte un comentario sobre la votación. Te cuento en confianza: tuve a la niña de Erasmus en Italia. Te prometo que es un ángel. Pero se echó un novio gilipollas y hace dos meses nos apareció con un bombo. Presidente, yo siempre había tenido otra opinión, pero in situ, no vi otra salida que proteger sufuturo. Por eso ahora, a nivel ético, me sabe mal votar la ley.
Yo preferiría ausentarme ese día.
Pero solo si tú estás de acuerdo.
Que tampoco pretendo anteponer temas personales al servicio público.
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Esta sangre
Una pequeña flor roja se imprime enel suelo.
- Señor… está goteando. ¿Eso es sangre?
- Creo que sí.
- ¿Está bien? ¿Se ha herido en el brazo?
- No estoy seguro, señorita. Me parece que esta sangre no es mía.
- ¿Qué ha pasado?
- No sabría decirle. Me viene una imagen terrible de varios cuerpos, apilados en la bañera de mi habitación. Pero no sé si realmente están allí o si es otro de mis delirios. Puede que sea un corteaccidental.
- Voy a llamar a la policía, usted no se mueva.
- Aquí me quedo, señorita. No se preocupe. Yo también quisiera aclararlo.
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Rabdomante
- ¿Profesión?
- Rabdomante supremo, maestro de las líneas ley.
La funcionaria ni siquiera levanta la vista.
-¿Y eso qué es?
- Puede poner radioestesista.
- No va a salir. ¿Es una especie de quiropráctico?
- No, no. Quizás venga por zahorí.
- ¿Zahorí? ¿Los que caminan por el monte moviendo un palo?
El rabdomante enrojece sutilmente.
- Bueno, es más complicado que eso. Detectamos radiaciones y venas metalíferas que
Le silencia el solemne aleteo de unas pestañas generosas en rímel y a continuaciónla mirada más prosaica del mundo.
Se libra una breve e inmisericorde batalla entre magia y raciocinio.
- Le voy a poner en "otros".
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La llamada
- Señor, su mujer por la línea dos.
- ¿Mi mujer?
- Sí. ¿Le paso la llamada?
- ¿Ha dicho que es mi mujer?...
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