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Era el 16 de julio de 1992. Todo parecía tranquilo y el movimiento del comercio, transeúntes y vehículos en Miraflores era el habitual. Nada hacía sospechar lo que los 'camaradas' de Sendero Luminosotenían preparado para aquella fatídica noche.
En la cuadra 2 de la calle Tarata, dos vehículos estacionados con 500 kilos de explosivos marcarían un hito en el paso del terrorismo por la capital.Eran las 9:15 de la noche cuando una fuerte explosión cambió la vida de muchos civiles: el terror había alcanzado a una clase social ajena al conflicto.Humo, polvo, gritos, confusión. El atentado acabóla vida de 25 personas e hirió a otras 200 que en medio de la destrucción buscaban a sus seres queridos. La onda expansiva destruyó 400 locales comerciales, 183 viviendas y 63 vehículos. El objetivoprincipal era el Banco de Crédito, ubicado en la avenida Larco. Los militantes senderistas aseguraron, ante la Comisión de la Verdad y Reconciliación (CVR), que un vigilante del banco no dejóestacionar los vehículos frente a la entidad bancaria, por lo que decidieron hacerlo en la calle Tarata, ubicada en la paralela.

Era el 16 de julio de 1992. Todo parecía tranquilo y el movimiento delcomercio, transeúntes y vehículos en Miraflores era el habitual. Nada hacía sospechar lo que los 'camaradas' de Sendero Luminoso tenían preparado para aquella fatídica noche.
En la cuadra 2 de la calleTarata, dos vehículos estacionados con 500 kilos de explosivos marcarían un hito en el paso del terrorismo por la capital. Eran las 9:15 de la noche cuando una fuerte explosión cambió la vida demuchos civiles: el terror había alcanzado a una clase social ajena al conflicto.Humo, polvo, gritos, confusión. El atentado acabó la vida de 25 personas e hirió a otras 200 que en medio de la destrucciónbuscaban a sus seres queridos. La onda expansiva destruyó 400 locales comerciales, 183 viviendas y 63 vehículos. El objetivo principal era el Banco de Crédito, ubicado en la avenida Larco. Los...