hola
¡Magníficafigura hacía el difunto Ramírez!
Mas, ¿a qué viene esto? Yo trataba... trataba de saber por qué lo mataron; sí, por qué lo mataron... Entonces confeccioné las siguientes lógicas conclusiones:El difunto Ramírez se llamaba Octavio Ramírez (un individuo con la nariz del difunto no puede llamarse de otra manera);
Octavio Ramírez tenía cuarenta y dos años;
OctavioRamírez andaba escaso de dinero;
Octavio Ramírez iba mal vestido; y, por último, nuestro difunto era extranjero.
sonreí por lo bajo. ¡Qué frase tan intencionada! ¿Ah? "Soy un hombre que seinteresa por la justicia." ¡Cómo se atormentaría el señor Comisario! Para no cohibirle más, apresuréme:
-Ha dicho usted que tenía dos fotografías. Si pudiera verlas...
El dignofuncionario tiró de un cajón de su escritorio y revolvió algunos papeles. Luego abrió otro y revolvió otros papeles. En un tercero, ya muy acalorado, encontró al fin.
Y se portó muy culto:-Usted se interesa por el asunto. Llévelas no más caballero... Eso sí, con cargo de devolución -me dijo, moviendo de arriba a abajo la cabeza al pronunciar las últimas palabras y enseñándomegozosamente sus dientes amarillos.
Agradecí infinitamente, guardándome las fotografías.
-Y dígame usted, señor Comisario, ¿no podría recordar alguna seña particular del difunto, algúndato que pudiera revelar algo?
-Una seña particular... un dato... No, no. Pues, era un hombre completamente vulgar. Así más o menos de mi estatura -el Comisario era un poco alto-; grueso y decarnes flojas. Pero una seña particular... no... al menos que yo recuerde...
Como el señor Comisario no sabía decirme más, salí, agradeciéndole de nuevo.
Me dirigí presuroso a mi...
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