hola

teresante aquella novela, ya que te hace reflexionar sobre la muerte.








Portada del libro Todos los Rostros de la Muerte.




Desarrollo:
El desarrollo empieza en que cuando un reloj despertador ordinario empieza a sonar una hora antes de lo habitual en un cuarto un cursi despertador con forma de sapo lo despierta cuando el recién levantado agarra una almohada la arrojaal despertador aquel muy enojado decía que algún día los lanzará por la ventana después él se imaginaba cuando se levanta porque hay una restricción vehicular para su número de placa y debe ir al consultorio jurídico en autobús el malhumorado recoge el objeto lanzado para ver si tiene alguna melladura nada ni un rasguño sigue intacto mal gusto lo devuelve al velador y se dirige al clóset mientrasbusca unos calzoncillos, trata de recordar quiénes lo regaló la flaca pelirroja dijo la verdad ni idea de dónde vino el ridículo despertador pero promete que un día lo arrojará desde una terraza la espalda el pijama de seda y un calzoncillo en la mano el golpe de agua caliente lo devuelve a la realidad al estrés del viernes sin auto se embute el calzoncillo y una bata blanca. Regresa aldormitorio para vestirse al apuro tardo veinte minutos en abandonar el departamento dasi van a ser las siete y si no se da prisa podría empezar el tráfico y no llegará al estudio jurídico sino hasta después de las ocho hora en que debe asistir a una audiencia. Él tuvo suerte solo habían 5 personas en la fila luego de casi 2 minutos aquel pasa por la tercera puerta y como los asientos del último están a sudisposición, paraguazo rosario que esgrima como causal de desalojo mientras la unidad gana velocidad y coloca el portafolio de cuero marrón entre los zapatos impecablemente lustrados y se fija en que el sol comienza a clarear la mañana desde la altura de esa salchicha mecánica las calles lucen diferentes de cómo suele verlas acomodado en el volante de su Volkswagen Fox y el autobús avanza con lamolestia de los semáforos a cada cuadra. Los vehículos rugen para alcanzar la luz verde. Los postes del alumbrado eléctrico corren estáticos en sentido contrario en un momento, centra la atención en el interior el pasillo despejado de pasajeros la cabina del conductor al fondo. Uno que otro asiento libre. Nucas de personas dormidas o ensimismadas y en las paradas, las tres puertas se abrenautomáticamente, bajan cuatro o cinco pasajeros e ingresa un número similar. Aburrido a más no poder, de la Barca bosteza en la última fila hasta a la estación de la Maternidad Central los ojos se le llenan de azul. Distingue el color del vestido a través de los cristales grises. Y no se precisa de una gran vista, pues aquella prenda azul cielo, ceñida al cuerpo como traje de baño mojado, ilumina laparada con la intensidad de una luz de neón. Sobre el vestido sobresale una hermosa cabeza, precedida de unos labios tan humectados que parecen cargados de lluvia, como para beberlos hasta la saciedad un viernes por la noche. De la Barca se acomoda la corbata mientras la chica ingresa por la tercera puerta con una cartera blanca en la mano. Seductor por naturaleza, le hace una señal como si conocieray la llama para que se siente a su lado. La chica camina lentamente por el pasillo, escoltada por susurros de admiración Se detiene ante la última fila y distancia pero no tiene que hacerlo. Alguien ha dejado abierta aquella ventana y por ahí se cuela el frío de la ciudad. La chica, con la cartera blanca en el regazo azul, intenta cerrarla con ambas manos, inútilmente. Hasta que se da porvencida, levanta la tonalidad de su vestido y ocupa el puesto junto a él. Vuelve a sonreír, triunfante. La fortuna, el azar, el destino, o cualquiera de esas nociones deterministas en las que no cree, le ofrecen ese precioso regalo. Observa por la ventana que debe quedarse dos paradas adelante, pero nada en este mundo ni la suspensión de la audiencia ni una sanción de la Corte Suprema, ni cien mil...