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Segunda de sus tres novelas, Los geniecillos está dividida en veinticuatro capítulos, varios de los cuales podrían funcionar como relatos independientes, tantopor su extensión como por su estructura. Cada capítulo es una aventura que tiene un final, cerrado o abierto. Si en el primero hay un intento de orgía, en el segundo Ludo asiste al cumpleaños de su hermana y acaba en un burdel, mientras que en el tercero recorrre escenarios sórdidos con una prostituta. El protagonista pertenece a una familia que podría considerarse de clase media, que antes ocupóun lugar mejor en la jerarquía social, pero tras la muerte del padre y la indiferencia de los hijos por este descenso, empieza a naufragar hacia la pobreza.
Es imposible no señalar los detalles autobiográficos que Ribeyro utiliza para construir a Ludo Totem. Por ejemplo, sus años como estudiante de Derecho le sirven para crear un guía ideal por los laberintos de la justicia peruana. Ludo se veforzado a pedir trabajo en un estudio minúsculo de abogados, cuyo único socio sólo puede ofrecerle firmar las demandas de los casos que él vaya consiguiendo. La narración de algunos pasajes recuerda a El proceso de Kafka: “Ludo se preguntó si sería por azar que el Palacio de Justicia había sido construido frente a la penitenciaría o si más bien ello obedecía a un plan, a la sutileza macabra de algúnurbanista, que había querido expresar así, por la proximidad en el espacio, la confinidad espiritual que existía entre los reos y los funcionarios de justicia”. La descripción de las habilidades jurídicas de Ludo tampoco pierden ese aire kafkiano: “A veces, abandonaba a un cliente que respondía a un interrogatorio en un juzgado para correr donde otro se sometía al peritaje de un grafólogojuramentado, o le ocurría invocar en una misma tarde los mismos artículos del Código Civil para fundamentar causas que se oponían. Llegó un momento en que los procesos e incluso las personas comenzaron a confundirse en su conciencia: presentaba pruebas para un caso que ya estaba sentenciado o implicaba en un juicio de divorcio a un cliente que lo había consultado acerca de la fundación de una sociedadanónima.”
Ribeyro ejercita como siempre la mirada del perdedor, pero mantiene su sentido del humor tan peculiar, apelando a situaciones tan absurdas como verosímiles. Necesitados de dinero, Ludo y Pirulo visitan su ex colegio convertidos en vendedores de un nuevo insecticida. El director, un sacerdote que venera a Franco y experto en hacer bolillas de mocos, al enterarse de la razón de su visita,les reprocha por desperdiciar su vida.
Se sucede una discusión mientras Ludo recuerda un episodio de su infancia en el cual perdió todo el dinero de su cumpleaños durante un paseo escolar. Al volver en sí, estalla y le reclama al director que le devuelva ese dinero.
Los geniecillos no es una gran novela; el mismo Ribeyro la calificó como una obra precipitada e incompleta, pero tiene la marca de suautor, alguien que en vez de dedicarse a explorar las técnicas narrativas, prefirió establecer su propia filosofía de la marginalidad. Ludo y la galería de personajes que lo acompañan están entregados a un destino que reconocen como el peor y contra el cual no hacen nada, hasta ser tentados por la delincuencia. Aunque en algún momento de su vida, el autor se planteó escribir una novela de mil...
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