Hola

 Hola, qué tal
Las historias de amor son difíciles de contar. No hay nada concreto. No existen “Holas” ni “adioses”. Tan solo hay dos seres humanos, que, ingenuos construyen mundos donde solo habitan ellos, desechando al resto, expectorándolos de su felicidad. Ignorantes, por supuesto, de que la venganza del destino será muy cruel.
Me mortifica escribir sobre algo queno sé cómo va a terminar. Una suerte de maraña, un chiste negro inventado por el dios o los dioses que rigen nuestras vidas. Pero es preciso decir, tengo la seguridad, que al menos es una historia de amor.
Es acertado decir que cuando quieres a alguien, estáis mirando el reloj con impaciencia para que llegue el momento de verla. Estás pasado todo el día, pensando y sonriendo sin motivosaparentes. No lo puedes describir, no se puede contar, tan solo lo sientes, sabes que está ahí. Sabes que después de decir muchas cosas, finalmente estás enamorado. Y muy enamorado. Te das cuenta que tus hábitos cambian, tus emociones cambian, tus ideas se adecuan, te vas haciendo mejor. Estás moviéndote sobre aquella fuerza tan sublime y encantadora sin saber el porqué. No te percatas, tan solo te dejasllevar. No piensas, tan solo sientes. Y vives, y vos sabéis que es inmensamente bueno vivir y enamorarse.
Pero es subjetivo y aburrido hablar de un sentimiento, ellos no son teóricos. La rutina les mata, lo práctico les alimenta. Y después de todo es cruel destruirlos pero siempre te dan una buena historia, se siente bien contar algo sobre ellos, pero no tengo ideas para darle un final.
Dejándomede rodeos absurdos y casi banales, os contare la historia.
La sórdida ciudad se movía entre las lujosas residencias y los mugrosos barrios. El tintinar de las estrellas la musicalizaba levemente, su cielo era sucio y percudido. Su olor, pútrido, fétido, una asquerosidad. El calor era abrazador, muy urbanizado todo. Muy desordenado, mucho cemento, mucho fierro, muchos edificios, mucha vanidad ydemasiada intervención del hombre. El sonido ensordecedor de los autos era insoportable. Pero ellos caminaban cogidos de la mano, marchaban tranquilos, apacibles y desafiantes ante aquel paisaje demoniaco, sacado de una cloaca del terror.
Era ella un poco más bajita que él. Tenía el cabello muy ondulado, ensortijado como los de un ángel, era una ninfa. Su piel blanca se resaltaba con aquellosojitos tan juguetones, que miraban a todos lados, tan sólo por el gusto de la curiosidad. La sonrisa, que desaparecía cualquier pena, siempre estaba presente. Los labios rosados como los delicados pétalos de una rosa. Eran dulces sus besos, llenos del néctar de los dioses. Su figura era esbelta, caprichosa, encantadora. Hija de afrodita, una hermosa criatura.
En cambio él, era un tipo tan desordenadoen su aspecto, transmitía un tufillo bohemio. Un intelectual de escritorios olvidados. Un chiquillo con sueños de grandeza, adormecido en libros y ahogado en la tinta de las maquinas de escribir. Pero también era muy guapo, cualquier chica hubiera querido tener un novio como él. Era inteligente, aventurero, un buen conversador aunque a veces era demasiado egocéntrico y tristón. Vivía sumergido enuna lucha constante contra el sistema, que le agobiaba y destruía. A simple vista era un caso perdido.
Pero ellos se amaban, como no os imagináis. Aquella noche de domingo iban soñando, protegidos por aquel fantasma del amor. Imaginaban lo futuros más esperanzadores. Se prometían muchas cosas. Ambos daban su vida por aquel amor que había aparecido de pronto, para ya nunca irse. El ruido de lasbocinas, no interrumpía su diálogo. Los silbido y piropos hacia su chica, no le incomodaban en lo más mínimo. Al contrario, le generaba cierta compasión por aquellos desdichados. Esa quizá era su única oportunidad para decirle algo a ella.
La luz sucia y contaminada de los postes, les alumbraba el camino. Avanzaban sin apresuramientos, ahora ya iban abrazados. Tanta felicidad causaba envidia. Al...