Hola
Sin embargo, en el resto del mundo, marca con acierto el trabajo, ya comenzaban averse los primeros resultados de lo que sería la siguiente etapa del sindicalismo y “las luchas obreras habían culminado con la conquista de la jornada de ocho horas de trabajo y otras reivindicacioneslaborales y sociales”.
Tras esa primera etapa signada por el poco diálogo entre las partes, aflora lo que Bosoer y Senén González denominan la etapa del “sindicalismo reformista”, que ubican entre1916 y 1943, y que tiene lugar luego de la creación de las primeras centrales sindicales unificadas “de carácter reivindicativo” que pasaron del plano del enfrentamiento que suponía la lógica de laetapa anterior a una época en la que exigían “mejores condiciones de trabajo y remuneración y el reconocimiento de los derechos de los trabajadores”.
La revolución social ya no aparecía entre lasproclamas de estas organizaciones. El contexto internacional brindó en esta etapa una serie de profundas transformaciones políticas y económicas que marcarían los años siguientes, especialmente las guerraseuropeas, durante los cuales, plantean, “coincidió un momento de ‘hibernación’ de la Argentina, relativamente preservada –o aislada– de los efectos devastadores de esa guerra”.
Tras ese...
Regístrate para leer el documento completo.