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Durante este verano muchos ciudadanos se habrán aproximado a la Fuente Agria con la intención de echar un trago y así aliviarse un poco de los rigores térmicos veraniegos. Aunque no pretendemos serpájaros de mal agüero, lo cierto es que existe el riesgo de que en pocos años esta costumbre desaparezca. No estamos diciendo nada nuevo porque la mayoría de la población sabe que cada año que pasa enlos cuatro caños de la fuente agria, el agua sale con menos fuerza tanto en caudal como en sabor.

Pero lo de estos últimos meses empieza a ser como poco preocupante ya que la cantidad de agua quevierten los cuatro caños va a menos. Apenas un “chorrillo”, como habrán podido observar muchos que frecuentan la fuente, tanto los que se acercan con sus carritos y bolsas para llenar botellas comoaquellos que hacen uso de las cantarillas. El caso es que cada día se tarda más hasta que los recipientes se llenan lo suficiente y la cosa no tiene visos de mejorar.

Desde que el famoso Doctor Limón,en su tratado hidrológico “Espejo cristalino de las aguas de España”, datara en el año 1600 la fecha en la que los puertollanenses comenzaron a consumir regularmente el agua ferruginosa, la evolucióndel manantial se ha ido deteriorando. Es habitual echar mano de ese fichero de recuerdos que es la memoria para que todos recordemos como hace años el agua salía con más fuerza y sus propiedades eranmás consistentes. Cada uno lo habrá experimentado en sus carnes con el enrojecimiento de los ojos al beber o bien al observar la capa de óxido rojo que se adhería en las botellas.

¿Cuánta aguaagria nos queda?

A día de hoy la principal preocupación de buena parte de la ciudadanía consiste en saber hasta cuando va a seguir surtiendo agua el manantial ferruginoso. Como si de una cuenta atrásestuviéramos hablando, casi todos nos hacemos agoreros especulando sobre una fecha en la que el agua agria deje sencillamente de manar. Algo comparable a conocer cuantas reservas de crudo quedan en...