HOLEWRICK

El día en que don serafín le dio permiso a juan pedro Martínez para casarse con Cleofilas Enriqueta de león. Aquel día en que cruzó varioskilómetros de trocha y kilómetros de carretera, para llegar a la frontera, cerca de cruzar al otro lado del charco.
Después de todo le dijoal despedirse, “ soy tu padre y nunca te abandonare”, ¿el había dicho eso, cierto?, cuando la abrazó y la dejó ir. Pero Cleófilas estabaocupada buscando a Chela, su dama de honor, para acordar el trato hecho ramo. No se acordó de las palabras de despedida de su padre, hastadespués de un tiempo,” Soy tu padre y nunca te abandonaré”.
Se acordó de dichas palabras actualmente que es madre. Cuando se sentó a la orilla delarroyo con Juan Pedrito. Ahora que se dio cuenta que el amor entre un hombre y una mujer puede llegar a ser un poco amargo, Pero que escompletamente diferente el amor que sienten los padres por sus hijos y los hijos por sus padres. Eso era lo que pensaba Cleófilas en las nochescuando Juan Pedro no llegaba a casa y se acostaba en su lado de la cama, mientras escuchaba el rugido hueco de la interestatal, un perro ladrandoa lo lejos, el susurro de los nogales como damas en enaguas rígidas - shh-shh-shh, shh-shh-shh - que la tranquilizaban para dormir.
En laciudad donde crecio, no habían muchas cosas para hacer excepto ir a la casa de las abuelas de visita o a jugar cartas a la casa de los tíos.