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La Chica Del Crillón
ORIGEN DE ESTE DIARIO
Hace poco llegó a La Nación una dama joven, de tez trigueña, boca bien dibujada
y ojos de indefinible hermosura oriental; en toda ella había algo de palmera y de
turpial; sin embargo, era chilenísima, y lo exótico de su aspecto venía a ser una
de esas rarezas comunes en la naturaleza chilena, donde al pie de Los Andes sedan paisajes sevillanos.
Dejando un rollo de manuscritos sobre la mesa, dijo:
-Me han ocurrido cosas extraordinarias, las que confieso en este diario. No soy
poetisa. Creo que mis confesiones constituyen una novela más interesante que
aquellas que las niñas del Crillón leen en la cama, comiendo chocolates.
Estúdiela, y si la cree buena, publíquela.
Iba a decir algo, cuando la belladesapareció. No la vi jamás, ni la he vuelto a ver.
Es verdad que no frecuento los sitios donde va el gran mundo.
Después, leí el diario y quedé sinceramente estupefacto. Si la novela está ligada a
la ciencia y a la sociología, ésta contiene un valor inapreciable. Se trata de
nuestra época, vista en su entraña, aparte de la aridez de la estadística, del
grisáceo abanderamiento de la política y de laconfusión de pretensiones
literarias. Tengo el deber de publicarlo, y lo hago sin reservas, desde el momento
que la autora disfrazó su nombre y el de las personas que intervinieron
directamente en su vida. De otra manera, el caso sería motivo de escándalo.
JOAQUÍN EDWARDS BELLO
Santiago, 1934.
Joaquín Edwards Bello
La Chica Del Crillón
¿MIS MEMORIAS?
Para el caso diré que me llamoTeresa Iturrigorriaga, y será la única mentira de mi
narración. Uso un apellido vinoso y sin vino, es decir: soy aristócrata y sin plata.
Vivo con mi padre enfermo y una vieja cocinera, a quienes mantengo.
Antes éramos ricos y habitábamos un palacete de la calle Dieciocho, en cuyo
jardín cantaban los pájaros; ahora vivimos en el extremo de la calle Romero, y los
arpegios aéreos han sidoreemplazados por las actividades de los ratones en el
entretecho. Nos rodean los cités y conventillos; las casas de adobes tienen
parches, grietas, y se apoyan unas en otras como heridos después de la batalla.
De noche se escucha el tamboreo de la cueca, pulso del arrabal. Yo no puedo
decir a mis amigas dónde vivo y me veo impulsada a ocultar este domicilio. Se
vive de apariencias, y la pobreza vaestrechamente unida al prestigio. Esta calle
tiene una parte buena y otra dudosa; nosotros vivimos justamente donde termina
la una y comienza la otra, hacia la parte de Matucana. Decir que sufro de nuestra
pobreza sería falso; la oscuridad es una prueba segura de que luego saldrá el sol.
Vivir es esperar. Por las mañanas hago la compra, mezclándome a regatear entre
las comadres. Después voy azambullirme en los chismes asoleados del centro.
Ningún santiaguino dejará de injuriar al centro, ni de ir dos veces al día. Nos
conocemos desde pequeños, hasta saber cuántos lunares tenemos, y aún
queremos conocernos más, hasta hastiarnos mutuamente y destruirnos. De tanto
verse la gente cambia miradas rabiosas y saludos como escupos. Las señoras
con hijas casaderas se vuelven jabalíes. Elcentro es la selva, el campo de
batalla, el infierno o el cielo. Pero no dejamos de ir jamás. Yo moriré centrera. Me
quedo como boba mirando escaparates, donde los géneros son lindos y suaves,
las blusas leves y aladas, los zapatos como bombones, y los sombreros tan
pequeños y graciosos que parecen tapas de polveras; maquillaje hay tanto como
para estucar la Universidad Católica. Se habla decrisis, pero al mismo tiempo se
abren canódromos y bares, donde cabros y veteranos desafían al venenoso gin
nacional. Este verano habrá flores a montones. Las epidemias se pegan como
lapas a esta tierra de clima hostigoso de puro bueno; el cementerio florido se abre
para tragar montones de apestados; es uno de los cementerios más hermosos del
mundo, y se muestra a los turistas, así como el...
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