En algunas regiones asiáticas la situación de persecución contra los cristianos se ha vuelto en los últimos tiempos especialmente virulenta. En India, por ejemplo, a finales de agosto de 2008, casi300 aldeas del interior del estado de Orissa, sufrieron el ataque contra los cristianos a manos de extremistas hindúes. Varias decenas de muertos y cientos de heridos fue el trágico balance. Además,seis mil familias vieron cómo sus hogares eran destruidos y 270 iglesias y capillas fueron profanadas. El asesinato del líder hindú Swami Lakshmanananda, quien había hecho una campaña contra elcristianismo, fue la excusa que esgrimieron los radicales para sus ataques. Aunque un grupo maoísta reivindicó el atentado, sus seguidores dijeron que se trataba de un complot de la comunidad cristiana.Desde entonces, todavía hay personas que no han podido volver a su tierra, de la que tuvieron que huir por la violencia fundamentalista. En Nondóguiri me encontré con un grupo de unas cincuenta familiasque han pasado un calvario yendo de un lugar a otro. En uno de los campos de refugiados les envenenaron el agua. En otro, cuando encontraron la ayuda de las religiosas de la Madre Teresa de Calcuta,las autoridades les obligaron a salir. Tras un angustioso periplo se han asentado aquí con la promesa del gobierno local de construirles viviendas. Lo que nadie sabe es cuándo se cumplirá la promesa.Vivir bajo una lona y tener que buscarse la vida con unas azadas rudimentarias, trabajando una tierra ingrata, no es la mejor de las situaciones. Mientras esperan que se hagan realidad las promesas delas autoridades, los miembros de esta comunidad cristiana trabajan la tierra para sobrevivir.
No muy lejos de allí, en la localidad de Mandakia, también se produjeron ataques violentos contra loscristianos del lugar. La mayoría salió corriendo a refugiarse en los bosques cercanos en cuanto se enteraron de que había disturbios. Otros tuvieron peor suerte y perdieron su vida de una forma muy...
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