hombre de derecho

Re~taolilenadeDerscho,Vol.

,s,N”Z,pp.34s-351

(1991)

HOMBRES
DE DERECHO:
LA MISION
DE UNA GENERACION
Miguel
Ayudante

Angel Fernández

González

de Derecho Polítia> y Constitucional
Universidad
Católica de Chile
Egresado en 1990

RESUMEN

El hombre de Derecho es un hombre comprometido con elDerecho. Oee en el, le
amo y le respeta; lo perfecciona, UYI y no abuaz de PI.Pues bien. la misión de ese
hombre es busmr y alcnnuu h justicio, porque el hombre, la historia b demuestro, bien puede vivir sin bienes materiales, tin suetlos. hasta podria creerse que sin
fe, pero no puede vivir sin justicin, pues la junicin no es m4s que la libertad matereolizo&
hecho realidad. Fe en el Derecho, en la jUSh~Ck, en la libertad. y ~nzw al
Derecho, tal es el mandato y h toreode una generacidn:
k? nucma.

LOS PRINCIPIOS
“Corresponde
en gran parte
a los juristas
establecer
la estructura
y la organización
de las sociedades
y dar forma
adecuada
a sus instituciones;
a los juristas
corresponde
trazar
los caminos
y los métodos
para que el desarrollo
económico,
social
y técnico
de aquellas
sociedades
se acomode
a la necesidad
de establecerinstituciones
libres,
fundadas
sobre
el imperio
de la ley y en las cuales
pueda
desarrollarse
la libertad
humana”‘.
En efecto,
a los juristas
compete
la tarea
de sentar
la sociedad
sobre bases
sólidas,
ubicar,
orientar
y reorientar
a sus miembros
por el camino
del bien y perseverar,
profundizando,
la libertad
de cada ser humano.
Empero,
¿qd
es ser jurista? 0, afanándonos
en lapersona,
iquién
es jurista?
La pregunta
no admite
vaguedades,
aunque
la respuesta
no pueda
ser de precisión
física
o matemática.
Preguntamos
por el jurista
significa
buscar
en lo más
sublime
y complejo
del extrafto
tejido
que se forma
a partir
del hilar fino de una
familia,
un colegio
y una universidad.
Dicho
de otra forma,
implica
avistar,
aunque
sea apenas
avuelo
de pájaro,
tres mundos
que no pueden
sino confluir
en una
persona,
el hombre
de derecho.
No es la oportunidad,
aunque
a lo largo de estas breves
reflexiones
se me escapen
algunas
palabras,
de referirnos
a los dos primeros
de aquellos
universos,
la
familia
y el colegio.
Es el momento,
por el contrario,
de revisar
algunos
conceptos, de suyo incompletos,
acerca
de laUniversidad,
en general,
y de la que ha sido
mi Escuela,
en particular.

’ MARTE-JEZ
p. 8.

VAL,

losé María, Abogacia y Abogados, Fd. Bosch,

BarccIona

(1981),

346

REVISTA

CHILENA

[Val. 18

DE DERECHO

Es probable,.y ello no tendría nada de malo, que pueda pensarse lo personal
que resultan estas reflexiones. Demasiado individuales y carentes, para usar una
frasede moda, de contenido social. Por ende, indiferentes a todo aquel que no
provenga de nuestra Escuela e, incluso, a aquel que no haya sido partícipe de
nuestra generación. Ello, he de reconocerlo, puede ser cierto. Pero hoy, al egresar, no sólo es un derecho que hemos ganado, como lo ha hecho cada quinto apio,
sino que es un deber de gratitud, compromiso y lealtad.
La gratitud que va envueltaen cada materia que se nos ha ensenado, en cada
examen que hemos aprobado o debido repetir, en cada palabra, ora producto de
la experiencia, ora de la ciencia, que cada profesor nos ha entregado; en fin, envuelta en el devenir mismo de una Escuela de Derecho, tradicional como la nuestra, seilera y paradigmática también.
El compromiso de restituir, en la medida de nuestras posibilidades, lo muchoque en ella se nos ha dado, aunque todavía nos parezca escaso, inútil y hasta incomprensible, pero que ha sido lo que ella nos entregó y, por ende, ni más ni menos de lo que seguramente merecíamos.
La lealtad, que es lo mismo que la responsabilidad, pero de cara no a lo que
nos está prohibido o permitido, sino a lo que nos es impuesto como un deber.
Deber de ser fieles representantes de...