Hombres y mujeres pasan
42 años de fructífera y relevante labor educativa en el Primer Departamento de Concepción, constituyen la mejor carta de presentación de la primera instituciónpública del Departamento: El Centro Regional de Educación “Juan E. O’Leary”.
Niños, niñas, adolescentes y jóvenes que han pasado por sus aulas, hoy en día, erigidos hoy en brillantes profesionales detodos los ámbitos del quehacer social, son el vívido testimonio de que la semilla ha caído en tierra fértil y ha brotado hasta obtener sus buenos frutos.
Pero no es la labor educativa del CREC, que hadejado sus huellas en el quehacer educativo cultural departamental lo que queremos poner de manifiesto, aunque sí, el tema que nos convoca hoy a este pronunciamiento, tiene esa inquebrantablebipolaridad que caracteriza a ciertos hechos y situaciones: El Centro Regional de Educación “Juan E. O’Leary” y la Señorita Virgina Osorio Estigarribia.
Su figura señera ha dejado su impronta en los analesde la casi cincuentenaria historia del CREC y de toda la sociedad concepcionera, pues, con su férrea convicción de que ser Maestra, lleva consigo la ingente labor de un verdadero apostolado y se haconstituido a veces, en la imponente voz del mando; otras, en la dulzura y la suavidad del cariño de una verdadera madre.
Es quizá por eso, que aunque cada época vivida y cada persona se adecua alas circunstancias y al contexto en el que le toca vivir, hasta hoy, los directivos, ex directivos, exalumnos, y las personas que la conocieron, utilizan esta proverbial frase: en época de laSeñorita Virginia.
Las personas, o mejor, sus acciones e inacciones, son juzgadas en el devenir del tiempo, y si la consciencia es el juez más severo, no lo es menos la historia, para la que según sean sushechos, los hombres sólo pueden calificarse en esta dicotomía: buenos o malos, héroes o verdugos, probos o villanos.
E indudablemente, la Señorita Virginia Osorio Estigarribia, en una década...
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