Homoerotismo

Homoerotismo
Martin Negrete, Psicólogo

“A cada primavera le sucedió su invierno. Ni verano, ni otoño. Al banquete platónico y latino le siguió el edicto de Justiniano, que culpaba a los homosexuales de la provocación de los terremotos. El pago por la tolerancia medieval fueron varios siglos de inquisición, tortura y quema de los hombres que aman a otros hombres. A la revolución romántica delsiglo XVIII los criterios de clasificación sexual decimonónica y el romanticismo ultramontano y católico. A la fiesta de Berlín, los campos de concentración del nazismo. A la revolución sexual de los años setenta post- Stonewall, al son de los Village People, las dictaduras latinoaméricanas, el sida...”. (Adrián Mello, El amor de los muchachos)

“El amor que no se atreve a decir su nombreequivale en este siglo al afecto de un hombre mayor por uno más joven que existe entre David y Jonatan, el que Platón utilizó como base de su filosofía y el que pretende hallarse en los sonetos de Miguel Ángel y Shakespeare (…) Es hermoso, delicado, es la forma de afecto más noble. No hay en el nada de antinatural (…) El mundo de ríe de el y a veces pone a alguien en la picota por él”. (Oscar Wilde)El amor que no se atreve a decir su nombre…con estas palabras se escribía una de las páginas más oscuras de la historia del homoerotismo en la cultura moderna. Oscar Wilde, en una de sus más grandes intervenciones ante el tribunal victoriano que lo juzgaba por actos de sodomía, marcaba un camino (sin saberlo, quizás) de eventos que desembocaría décadas más tarde en el surgimiento del los modernosmovimientos GLTB.

Sin duda, este hecho marcó un hito en la historia de la homosexualidad, pero no su inicio. Esta
conducta durante siglos fue considerada como un vicio del alma humana, un error del sano juicio que atentaba con los más nobles valores de la cultura occidental, sustentada en los principios cristianos que reducían a la sexualidad únicamente a su función pro creativa; y en el peorde los casos como un bien reservado sólo a las parejas (heterosexuales, por supuesto) unidas por el sacramento del matrimonio. El componente erótico era visto con sospecha.

Fue Santo Tomás de Aquino quien elevó a la categoría de pecado contranatura a la sodomía, inaugurando de esta manera el dominio de la Iglesia como máxima autoridad en materia de sexualidad.

Con el nacimiento de losEstados modernos, y de los sistemas económicos que priorizaban la producción, no se veía con buenos ojos que los hombres se entregasen a actividades tan poco
productivas y reproductivas. Las naciones necesitaban mano de obra para el trabajo y la guerra. De esta manera, el Derecho entró en escena, no satisfecho con que la sexualidad fuera sólo juzgada por la Ley de Dios…también tenía que serjurisdicción para la ley de los hombres, y así, muchas personas pasaron de las cenizas de las hogueras medievales a engrosar las filas de los reos en los calabozos.

En el siglo XIX, nace una nueva religión: la ciencia; específicamente la psiquiatría usurpando el lugar que habían tomado la Iglesia y el Derecho instituyéndose en la máxima autoridad capaz de distinguir las sexualidades sanas de lasperversas. El médico, cual moderno inquisidor, sella la suerte de esta expresión de la sexualidad humana. Se crea una nueva categoría: el homosexual…Un nuevo estigma: la enfermedad mental.

El gran filósofo francés Michel Foucault (1980), en su obra La Historia de la Sexualidad, lo expresa en forma magistral:

“Según los antiguos códigos civiles y canónicos, la sodomía era una categoría de actosprohibidos, por tanto el que la perpetraba no era más que el sujeto jurídico e éstos. El homosexual del siglo XIX se convertía en un personaje, un pasado, un caso y una infancia, además de ser un tipo de vida, una forma de vida y una morfología de indiscreta anatomía y posiblemente de misteriosa fisiología (…) El sodomita había sido una aberración temporal; el homosexual era ahora una especie”

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