Honestidad

“Donde manda capitán, no manda marinero”
Juvenal Severino es el gerente de una próspera empresa textilera, hace 17 años trabaja en ella y goza de la entera confianza de su propietaria, Doña Dalila Silvestre, quien prácticamente le ha delegado irrestricta autonomía a su hombre de confianza.
Martha Luz Gallego, hace poco fue ratificada como la nueva Jefe de Recursos Humanos, tras haber trasegadopor varios cargos en la empresa textilera. Hace apenas un mes recibió el título en gerencia de Recursos Humanos, es para ella muy gratificante estar ahora en esta posición. Desde muy niña Martha Luz tuvo como baluarte de lucha: La honestidad.
Con el transcurrir del tiempo y al estar directamente vinculada con la gerencia y participar en las juntas con los copropietarios, la Jefe de RecursosHumanos empezó a palpar realidades desconocidas para ella, del entorno empresarial y de las facetas ocultas de algunos de sus compañeros de trabajo que irremediablemente empezaron a inquietarla día tras día.
A su escritorio llegaban a diario informes de los supervisores del taller, con las faltas detalladas de los empleados que infringieron normas del reglamento interno de trabajo, unas manejables consimples llamados de atención aleccionadores y de retroalimentación, otras con suspensiones y una mínima parte que ameritaban la cancelación definitiva del contrato. En su posición, sabía que debía mantener un lineamiento siempre imparcial y objetivo, pese a que muchas veces al impartir la sanción, se veía enfrascada entre su parte racional y emotiva. Todos esos empleados infractores necesitabantrabajar, pero de igual manera, ellos sabían muy bien que de su comportamiento y rendimiento dependía su estabilidad y ella no se podía dar el lujo de convertirse en alcahueta encubridora, atentando contra la ética profesional.
Cierto día tomo la determinación de cancelarles el contrato a tres empleados que reiteradamente faltaban a trabajar sin presentar una excusa formal y valedera. Mayúsculafue la sorpresa de Martha Luz dos días después al ver de regreso en la planta textilera a los 3 empleados despedidos con justa causa. Inquieta, se dirigió a uno de los supervisores solicitándole una explicación a ese reintegro, pero la única respuesta que obtuvo, la dejó más inquieta:
___/Mire Martha Luz, dónde manda capitán, no manda marinero. No se mate la cabeza señorita, haga su trabajorelajadita y vera que le va bien.
Intrigada la Jefe de Recursos Humanos se dirigió a gerencia donde fue atendida por Don Juvenal Severino.
___/Haber Martica, que es lo que la tiene tan mortificada.
___/Juvenal, lo que pasa es que acabo de ver en la planta a Mesa, Rodríguez y Sepúlveda.
___/¿Y qué hay con eso mujer?, son empleados de la planta, vienen a trabajar.
___/Pero fueron despedidos la semanapasada con justa causa Juvenal. Son empleados que faltan constantemente sin justificación valedera, sobre todo los fines de semana o cuando hay más trabajo. Ellos 3 no son propiamente los más eficientes de la planta.
___/Mira mujer, sabes que pienso, con toda sinceridad. Te estás apasionando mucho con tu nuevo cargo, ¡relájate! (Risas). Sin ánimo de desautorizarte, ni pasar por encima de tuyo,creo que se te fue la mano al despedirlos. Ellos hablaron conmigo y yo después de un análisis más exhaustivo, concluí que los muchachos se merecían otra oportunidad. Además llevan su tiempo con nosotros. No nos podemos exponer a demandas Martha Luz.
Martha Luz quedo desarmada ante la aptitud del gerente Severino, en su mente retumbaban las palabras del supervisor: “dónde manda capitán, no mandamarinero”
Pero no tranquila con la respuesta dada por el Gerente, Martha Luz decidió dirigirse directamente a la oficina de Doña Dalila Silvestre, quien ejercía como gerente comercial de la textilera.
 
___/Y que vientos te traen por aquí querida. ¿Cómo vas con tu nuevo cargo?.
___/Pues no sé como decírselo Doña Dalila, es que…no sé como lo vaya a tomar.
__/Con toda confianza Martica, tu sabes...