hoola
En Manabí existe una creencia: Los muertos que dejaron asuntos pendientes en vida, regresan a resolverlos, cada dos de Noviembre, durante noche de difuntos.
Cerca de la medianoche se oye un ruido lejano por las afueras de los recintos. El ruido, en un principio apagado, va intensificándose como si algo se aproximara a gran velocidad. Después de un momento, elsuelo retumba con tal estrepito que sobrecoge a los mas plantados. Entonces se puede escuchar con claridad que se trata de un galopar y unos relinchos furiosos, acompañados por unos horribles gritos de ultratumba. Quienes se han atrevido a asomarse dicen que entre las tinieblas, aparece una horrenda visión, un alma en pena que cabalga sobre un caballo negro de aspecto infernal.
-“¡Es el jinetemuerto!”
Según una historia que cuentan los viejos, esta aparición es el alma en pena de un hombre que hallo la muerte montando en su caballo.
No se sabe a ciencia cierta cómo ocurrió el deceso, pero se dice que fue en un enfrentamiento con un montubio rival.
Se dice que, tras el hecho, el sobreviviente de la pelea demostró que actuó en defensa propia y continuo con su vida regular. Sin embargo,después de unos meses empezó a tener pesadillas con el fallecido, que montado en su caballo negro, lo amenazaba con furias diabólicas. De ahí en adelante la vida del montubio cambio; se le crispaban los nervios cada vez que oía relinchar o galopar a un animal.
La noche del dos de noviembre, cuando el montubio se disponía a salir para elcementerio, escucho el galopar de un caballo que parecía aproximarse a su cabaña. Sobresaltado por un presentimiento terrible, el hombre se asomo a la ventana pero no vio a nadie. Solo la luna iluminaba la noche.
Luego de un silencio angustioso, en el que ni siquiera se oía el cantar de los grillos, el temor empezó a dominar al montubio. De pronto, se escucho de nuevo el galope que rodeaba la vivienda.Adentro, el hombre temblaba del miedo, mientras afuera los cascos y los relinchos de la bestia retumbaban y causaban un estruendo infernal. Sin poder contenerse más, el montubio se precipito fuera de la cabaña, profiriendo gritos de horror.
Poseído por el espanto, se echo a corren en dirección al cementerio, al único lugar del recinto donde había gente aquella noche. Avanzaba en formadesesperada, escuchando tras de si el galope aterrador, mientras advertía que toda una sombra negra se le venia encima. Corría en forma enloquecida. Todo era oscuridad, matorrales, y horror, hasta que cerca del cementerio vio unas personas y fue a derrumbarse ante ellas, totalmente exhausto.
Cuando algunos vecinos caritativos lo ayudaron a reincorporarse, comprobó con alivio que el espectro habíadesaparecido. A los pocos días el montubio abandono el recinto, presa de un terror demencial. Estaba irreconocible. Se lo veía perturbado, hablaba solo y regresaba la vista atrás a cada instante. Entre sus desvaríos, decía que huía de una aparición del más allá, del jinete muerto que volvería a cobrar venganza el próximo dos de noviembre.
Durante un año vago de pueblo en pueblo, sin hallar un solo instantede tranquilidad, pues siempre que oía el galope y los relinchos de un caballo pensaba que el jinete muerto venia por él.
El montubio regreso a su recinto el siguiente año, la mañana del “Día de los Difuntos”. Llego más aterrado de lo que había salido. Decía que esa noche el jinete muerto vendría por él y suplicaba ser arrestado como responsable por sudeceso. Una y otra vez repetía que esa era su única esperanza; tal vez así lograría aplacar a esa alma en pena.
El terror del montubio movía a la conmiseración. El teniente, político, quien en un principio no lo reconoció, se negó a arrestarlo. Pero la insistencia y los desvaríos eran tan conmovedores que el representante de la ley, por propia seguridad del sujeto, se vio obligado a encerrarlo...
Regístrate para leer el documento completo.