Horacio

Una llamada marco el resquicio de esa mañana, Horacio Quiroga salió a entregar un paquete...

03:15 marcaba el reloj, no era casualidad que Horacio se levantara a esa hora, era costumbre que lo despertaran a tempranas horas del día para empezar las labores dominicales, nunca decía a donde iba, -¿a donde vas?-.....

Yo me dedicaba a las labores domesticas, iba de casa en casa a hacer loslabores del hogar o bueno lo que las mujeres sin oficio no hacían, darle de comer a sus maridos, los Lunes iba a casa de Jose Luis, los Miércoles a casa de Don Braulio, y los Viernes a casa de Panchito, Sábado y Domingo los dejaba para lo que cayera...

Un día Sábado, toco a mi puerta un hombre, alto, delgado, de ojos grandes, marrones adormilados, muy guapo, le di de comer y se fue, regreso elmismo día a cenar y se volvió a ir, siempre traía mucho dinero a veces solo venia para platicar, mas bien a que yo le contara mis problemas, por que el hombre no hablaba, solo me daba dinero y se quedaba ahí sentado; empezó a frecuentarme mas seguido, lo veía Martes, Jueves, Sábado y Domingo, ya ni le cobraba en aquel entonces, a veces el me dejaba dinero, pero conste que yo ya no se lo pedía, depronto un día me dijo: mañana nos vemos. Se fue y ya no regreso.

Una noche calurosa, salí a la calle a tomar el fresco y fumarme un cigarro, hacia tanto calor que se me hizo molesto vestirme, salí con mi barnus enseñando uno que otro encanto, ya era muy noche o muy temprano mas bien, eh ahí mi despreocupación.

Corría el rumor entre los vecinos que entre las 3 y las 4 de la madrugada se oíanruidos por la calle, Doña Panchita la chismosa contaba que su reloj se detenía a las 3:15, yo no le hacia caso era una puta y para acabar iletrada, se la pasaba viendo la tele, inventando chismes y historias de novelas y películas.

Una silueta de un hombre salió de la puerta de Panchita, -en la madre, y diciendo y corriendo entre a mi casa; al día siguiente para evitar otro infortunio decidí dormirencuerada para amedrentar el calor, ya entrada la noche un ruido me quito el sueño, de pronto la silueta de un hombre apareció en mi cuarto, intente gritar pero mi voz se ahogaba, no podía moverme del susto, el tamaño del hombre era mucho mayor que mi sustancia, se abalanzo hacia mi, su peso aplastaba mi cuerpo y me era imposible respirar, con una fuerza descomunal me avalando hacia el y me diola vuelta, me puso sobre su pecho, como un reflejo, lo empuje con todas mis fuerzas y ambos nos fuimos al piso, me repuse e intente correr, pero el hombre ya me había agarrado de una pierna, la oscuridad no me permitía ver su rostro, luchaba para desdoblarme de su cuerpo y de pronto el hombre me jalo y me acostó encima de el, me abrazo con tanta pasión que era imposible que yo me resistiera, llevosu mano a mi sexo, y un mundo de descomunal complacencia me llevo, mi razón me causaba repulso y humillación, pero algo en mi me causaba placer y amor, un conjunto de sensaciones me invadieron, y caí en inconsciencia, al despertar era Horacio acostado en mi cama, me levante y fui a preparar el desayuno, cuando regrese Horacio ya se había bañado y se estaba cambiando, Horacio siempre tan callado apenas me vio y agacho la mirada, -ya esta el desayuno, bajamos a desayunar. ya sentados le dije: -fuiste ayer el de anoche. No me contesto. -No hay problema Horacio cuéntame. Siguió callado. Termino de desayunar y se fue, se despidió con un beso. Subí al cuarto y me encontré con un maletín al abrirlo me encontré con mucho dinero, no era mucho, pero tampoco era nada, lo suficiente como para quedejara de andar de princesita, regreso en la noche, para hacer lo mismo, algo de el cambiaba, en el día era un hombre callado, misterioso, en la noche era igual de puto callado y misterioso al doble, pero me daba mucho amor y pasión, en la mañana, le dije que ya no iba a ser puta nunca mas, y le propuse irme a vivir con el, no me dijo que si ni que no, solo asintió con la cabeza, me dijo -mañana...