HORMONAS
HORMONAS SEXUALES Y
CEREBRO
· Diferencias cerebrales, funcionales y género
· La diferenciación sexual
· Lateralidad cerebral y lenguaje
· Hormonas, género y estrés
· Hormonas esteroideas y funciones cognoscitivas
· Hormonas esteroideas y afecto
1. Este capítulo hace parte del libro Climaterio: una visión integradora, GAVIRIA S., LUNA I., CORREA E. (eds.) CES, Editorial Marín Vieco, Medellín,
2003 y se publica con autorización de los editores.
LA RECIENTE Década del Cerebro abrió para los médicos y estudiosos del
comportamiento el mundo maravilloso de las hormonas y su sinfonía de
acciones a nivel del cerebro. Los nuevos descubrimientos de las neurociencias rompieron paradigmas y crearon nuevas rutas de investigación.
Las cascadas hormonales originadas en el eje hipotálamo‑hipófisiario no dejan
de maravillar a los testigos de su desarrollo, pasando de su mero papel
endocrino a modular el comportamiento humano.
Hace una década la colescitoquinina era considerada como una hormona cuya
función específica se desconocía. Actualmente se sabe de su producción cerebral, y se le relaciona con las crisis de ansiedad. El conocimiento presente
vincula a las hormonas sexuales, no sólo con los caracteres sexuales y el deseo
sexual sino con la modulación de procesos afectivos y cognoscitivos.
Los datos conocidos sobre el papel de las hormonas sobre el cerebro se han
obtenido de diferentes fuentes: estudios de investigación en laboratorios,
comparación de comportamientos entre géneros, estudios epidemiológicos y
ensayos clínicos. El acervo de conocimientos ha creado una nueva disciplina, la
psiconeuroinmunoendocrinología (PNIE), que busca integrar los conocimientos
de la endocrinología y la inmunología y relacionarlos con el comportamiento humano y con algunos procesos psicopatológicos. La regulación o modulación
de la expresión genética que hacen las hormonas en el cerebro constituye un
mecanismo primordial, por medio del cual el medio interno del organismo,
animal o humano, modifica su estructura y función para adaptarse a las
demandas del medio externo.
Las hormonas esteroideas derivan del colesterol y están formadas por cuatro
anillos de carbono. Las más importantes son las llamadas hormonas sexuales
(estrógenos, progesterona y testosterona), que cumplen diversas funciones en el
organismo.
Los estrógenos, por ejemplo, parecen disminuir el riesgo de enfermedad
coronaria, proteger contra la osteoporosis y, por ende, aumentan la expectativa
de vida pero incrementarían el riesgo de cáncer de endometrio. En la medida en que se envejece aumenta el riesgo de padecer trastornos
cognoscitivos y disminución de la memoria, que con frecuencia se observan
solapados con síntomas depresivos.
El 6‑8% de los mayores de 65 años presentan alteraciones cognoscitivas severas
que pueden ser diagnosticadas como cuadros de demencia. En las depresiones
de la tercera edad en un 30% de los enfermos se observan alteraciones
cognoscitivas, tales como pobre concentración y déficit en la memoria.
De igual manera, las tasas de demencia en mujeres sugieren diferencias
genéricas de tipo hormonales. Es sabido que la frecuencia de enfermedad de
Alzheimer es mayor entre las mujeres y algunos autores relacionan este hecho con la disminución en la producción de estrógenos.
En síntesis, los estrógenos, que actúan como neuromoduladores cerebrales,
parecen estar relacionados con el afecto y la memoria.
La asociación de progesterona disminuye el riesgo de cáncer de endometrio
dado por los estrógenos. Algunas investigaciones han apoyado un rol protector
en las crisis de ansiedad, las ...
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