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Páginas: 6 (1300 palabras)
Publicado: 20 de octubre de 2014
“EN ESTE PUEBLO NO HAY LADRONES”
Dámaso: Sergio Peña
Don Roque: Julián Navarro
Ana: Alejandra Caicedo
Narrador: Roher Quilaguy
Escena 1
Casa en la noche – Cama de Dámaso y Ana
N: Estirado en la cama, fumando en la oscuridad, trató de identificar algún rastro de su aventura en los susurros dispersos de la madrugada, hasta que se dio cuenta de que su mujerestaba despierta.D: -¿En qué piensas?A: -En nada
Dámaso dio una última chupada al cigarrillo y aplastó la colilla en el piso de tierra.
D: -No había nada más -suspiró-. Estuve adentro como una hora.
A: -Han debido pegarte un tiro -dijo ella.
D:-Maldita sea -dijo, golpeando con los nudillos el marco de madera de la cama. Buscó a tientas, en el suelo, los cigarrillos y los fósforos.
A: -Tienesentrañas de burro. Has debido tener en cuenta que yo estaba aquí sin poder dormir, creyendo que te traían muerto cada vez que había un ruido en la calle.
A: -Y todo eso para salir con tres bolas de billar.
D: -En la gaveta no había sino veinticinco centavos.
A: -Entonces no has debido traer nada.
D: -El problema era entrar. No podía venirme con las manos vacías.
A: -Hubieras cogido cualquierotra cosa.
D: -No había nada más
A: -En ninguna parte hay tantas cosas como en el salón de billar.
D: -Así parece. Pero después, cuando uno está allá adentro, se pone a mirar las cosas y a registrar por todos lados y se da cuenta de que no hay nada que sirva.
Ella hizo un largo silencio. Dámaso la imaginó con los ojos abiertos, tratando de encontrar algún objeto de valor en la oscuridad dela memoria.
A: -Tal vez -dijo.
Dámaso volvió a fumar. El alcohol lo abandonaba en ondas concéntricas y él asumía de nuevo el peso, el volumen y la responsabilidad de su cuerpo.
D: -Había un gato allá adentro -dijo-. Un enorme gato blanco.
Ana se volteó, apoyó el vientre abultado contra el vientre de su marido, y le metió la pierna entre las rodillas. Olía a cebolla.
A: -¿Estabas muy asustado?D: -¿Yo?
A: -Tú. Dicen que los hombres también se asustan.
Él la sintió sonreír, y sonrió.
D: -Un poco. No podía aguantar las ganas de orinar.
Ella habló después de un largo silencio.
A:-Fue una locura.
D: -Todo es cuestión de empezar. Además, para ser la primera vez la cosa no salió tan mal.
Escena 2.
Dámaso en la cama y Ana llegando – Casa al mediodía
Estirado en la cama, Dámaso sehabía preguntado muchas veces cómo hizo Ana la noche anterior para esperarlo sin fumar. Cuando la vio entrar, sonriente, quitándose de la cabeza el trapo empapado en sudor, aplastó el cigarrillo casi entero en el piso de tierra, en medio de un reguero de colillas, y esperó con mayor ansiedad.
D: -¿Entonces?
Ana se arrodilló frente a la cama.
A: -Que además de ladrón eres embustero
D: -¿Por qué?A: -Porque me dijiste que no había nada en la gaveta.
Dámaso frunció las cejas.
D: -No había nada.
A: -Habían doscientos pesos -dijo Ana.
D: -Es mentira -replicó él, levantando la voz
D: -Sólo había veinticinco centavos.
La convenció. Dámaso se refirió al dueño de la tienda:
D: -Es un viejo bandido, apretando los puños-. Se está buscando que le desbarate la cara.
Ana rió con franqueza.A:-No seas bruto.
Su mujer lo informó de lo que había logrado averiguar. La policía buscaba a un forastero.
A: -Dicen que llegó el jueves y que anoche lo vieron dando vueltas por el puerto.
A: -Dicen que no han podido encontrarlo por ninguna parte. Puede ser que se haya ido.
Ana se encontró madura y desarreglada. Dámaso ejecutó frente a ella un paso de boxeo con la elasticidad de unprofesional. Ella lo agarró por las muñecas.
A: -¿Tienes moneda?
D: -Soy rico, Tengo los doscientos pesos.
Ana se volteó hacia la pared, sacó del seno un rollo de billetes, y le dio un peso a su marido, diciendo:
A: -Toma, Jorge Negrete.
Escena 3
Salón de billar – Medio día
El salón se abrió el lunes y fue invadido por una clientela exaltada. La mesa de billar había sido cubierta con un paño morado...
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