huasteca

348

RESEÑAS

Finalmente aparece también una participación mía titulada “Comer lo
que hiede. Alimentos del ‘otro mundo’ según algunos relatos mayas” en la que
expongo las rutas cristianas e indígenas que se interceptan en el motivo de la
comida podrida presente en numerosos relatos mayas contemporáneos que
describen viajes al interior de la tierra. El volumen se completa con cuatroreseñas bibliográficas sobre publicaciones relevantes en el campo de los estudios mayas.
Sólo me queda decir que espero que estos breves comentarios cumplan
con su función de interesar a potenciales lectores y que hayan podido rescatar parte
de la riqueza de los trabajos que integran este volumen, cuya edición fue preparada
y cuidada por Mario H. Ruz y Martha I. Nájera, mismos que nos enfrentan
condistintas vías de aproximación a los pueblos mayas de ayer y de hoy.
Berenice Alcántara Rojas

Anath A RIEL DE VIDAS, El trueno ya no vive aquí. Representación de la
marginalidad y construcción de la identidad teenek (Huasteca veracruzana,
México). Colección Huasteca, Centro de Investigaciones y Estudios Antropológicos, Colegio de San Luis, Centro Francés de Estudios Mexicanos yCentroamericanos, Instituto de Investigación para el Desarrollo, México,
2003, 578 p.
Un domingo de Ramos, del año de 2001, en el mercado de Tantoyuca, llamó
mi atención un grupo de indígenas sentados sobre el borde de una pequeña
fuente, frente a la iglesia. Un hombre y dos mujeres tejían, con gran destreza,
figuras de palma pintada con anilinas rosa, verde e índigo. Palomas, mazorcas,
estrellas yescaleras eran entretejidas para adornar las cruces de la Pasión de
Cristo. A su alrededor, otras mujeres se afanaban también en la elaboración
de tales reliquias y junto a ellas, dos pequeñas entre cuatro y seis años jugaban
y saboreaban paletas de hielo.
Las pequeñas, con los pies descalzos, vestían ropas de fiesta procedentes
de otra cultura. Sin lugar a duda, era ropa usada llegada de losEstados Unidos.
La del hombre y las otras mujeres parecía tener el mismo origen. La hechura
y las telas de su ropaje no correspondían a ninguna cultura de esta región y en
éste, más bien parecía acumularse el polvo del camino, el paso de los años y
las historias de un diario acontecer. Al acercarse algún cliente para examinar las
cruces de palma, alcanzaban a murmurar “diez pesos”. Después dedos horas
An. Antrop., 38 (2004), 348-352, ISSN: 0185-1225

RESEÑAS

349

de observarlos e intentar preguntar sobre su origen y lugar de procedencia,
logré que el hombre me contestara. Era teenek, vivía en Loma Larga y no
conocía a las mujeres que estaban a su alrededor.
Fue mi primer encuentro con los teenek, un tropezón que me hizo
recordar un manuscrito sobre este grupo étnico. Enél, se mencionaba
… los productos artesanales locales de fibra de agave (morrales y mecates) y de palma
(sombreros, petates, escobas) con los que los teenek llenan la plaza central de Tantoyuca
los días de feria todos los domingos, rinden ingresos en efectivo, módicos pero
permanentes. Esto les permite procurarse productos de primera necesidad: aceite, sal,
ropa, maíz y frijoles cuando escasea.Esta actividad artesanal, de significativa importancia en la vida económica de los
teenek de Tantoyuca, se ha vuelto en cierto modo ‘un atributo étnico’ por el hecho de que
se les ha asociado con ella por ser los únicos que la practican en esta región” (p. 98-99).

Este primer recuerdo de la actividad que caracteriza a este grupo étnico,
pronto dio paso a otros. En efecto, al contemplar lapobreza de los vendedores
de artesanías, al platicar con el hombre y notar un gran dejo de desconfianza
evoqué nuevamente la obra. Esta vez, en mi mente se agolparon las imágenes
que la autora trazó en forma imaginaria sobre los teenek de Loma Larga.
Figuras que impactaban porque en su autocaracterización, que se antojaba
fuera de toda lógica, se destacaba una visión del yo en sentido...