Huehuetlatolli

Briones Anzures Andrea 602

HUEHUETLATOLLI

Hija mía, pequeño capullo, ingenuo ser ansioso por descubrir el mundo. Aquí te dejo las enseñanzas de mi vida, y si bienno encontraras en ellas todas las posibles soluciones a cada problema, si podrás observar con mis ojos lo que la vida nos depara.

No pienso mentir. La bolsa en dondecontendrás los momentos agrios, punzantes y oscuros de tu vida, siempre será de proporciones mayores a la pequeña parte donde se verán preservados tus más luminosos y bellosrecuerdos, fotografías diarias de tus faustos momentos, pero jamás debes olvidar que una sola de esas dichosas situaciones bastara para descartar cualquier despreciablereencuentro con tus anteriores desventuras.

Curiosita mía, hermosa princesa, pequeño retoño en busca de luz y soporte; ama, ama siempre, ama sin medida, ama con todo elcorazón, pero siempre ama con precaución; cuídalo, cuídalo siempre de ataques que puedan dañarlo, recuerda y valora su fragilidad, nunca des por hecho su supervivencia. Lo másbello que puedas sentir en este mundo tiene raíz en ese pequeño lugar dentro de ti, tu corazón.

Por último; nunca olvides alimentar esa endeble y rojiza cajita tuya,pero tampoco restes importancia al conocimiento y la sabiduría. Júntalos, fusiónalos, combínalos, juégalos y compleméntalos. Un día te serán necesarias peculiaridades quesólo la razón te puede ofrecer. Aliméntalas, vívelas y disfrútalas.

Mi majestuosa monarca, mi abierto, pero precavido ser, mi deslumbrante flor de primavera; éstas fueronlas palabras que un amor único te deja. Deseando en ellas hayas encontrado sabiduría, paz, alegría, complementos y sobre todo un amor irracional, caprichoso y humilde.