human cloning
Cada vez que veo correr las aguas fugitivas del Tíber a mí me dan ganas de rezar. Y el modo de rezar de un no creyente consiste en recitar. En este caso a Quevedo, por supuesto, con esesoneto que empieza diciendo “Buscas en Roma a Roma, ¡oh peregrino! / y en Roma misma, a Roma no la hallas…” y que concluye (después de haber constatado que en la tierra firme no hay otra cosa que ruinasy restos de catástrofes) así: “… huyó lo que era firme y solamente / lo fugitivo permanece y dura”. Es decir, que de la Roma antigua no queda ninguna piedra en pie, y en cambio permanece y siguecorriendo el agua que fluye. Las mismas aguas del viejo Padre Tiberino.
Que nada quede en pie de la Roma antigua no es muy exacto y para constatarlo conviene caminar hasta el Panteón, es decir, hasta eltemplo de todos los dioses. Muy pocos edificios del mundo superan en belleza a este templo redondo. Y aunque la intención antigua había sido dedicarlo a cualquier dios sin excepción, el Panteón sesalvó porque en el siglo VII los muy monoteístas fanáticos de la cruz lo convirtieron en Basílica cristiana. Si no es por eso, los papas lo habrían saqueado y desguazado —como hicieron con centenares desantuarios romanos— para construir sus propios templos y basílicas dedicados a su Dios, o a la madre de Dios, o a la Trinidad que es uno y tres al mismo tiempo, o a cualquiera de los innumerables...
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