Humo

Humo
Y a través de una cortina de humo el mundo es muy distinto. Dylan dejaba que el mismo pasara entre sus dedos, nublara su vista y llenara sus pulmones de un aire de libertad y peligro. Ese peligro, del cual nunca nadie hablaba mas lo ignoraba. El sonar de las olas era la orquesta que hacía de este escenario un espectáculo tremendo. Una tras otra reventaba en la orilla, una tras otra dejabaun eco que resonaba en lo más profundo de Dylan.
“Dylan, podrías pasarme los informes”, una voz invadía sus oídos. Nadie podía saber lo que estaba pasando en la cabeza de Dylan, nadie lo entendía. “Por favor podrías pasarme el informe, desde ayer lo deberías de haber entregado” repetía la misma voz, con un tono un poco más autoritario. Pero el humo, ese humo tan misterioso se hizo parte con Dylany lo hizo desaparecer. Se recordó de cuando era solo un niño y con su hermano se perdía en el bosque, donde se sentía el rey del mundo. Y en cierto punto lo fue, creó un mundo y con su hermano lo conquistaron. Nadie los podía detener. ¿Dónde queda la inocencia con que se crea una historia? ¿Cómo es levantarse en una vida sin conexión a un cambio? Levantarse sin otra cosa que hacer, que conquistaral mundo. Todas las nubes de algodón que alguna vez zarparon en los cielos azules de aquellas épocas se mezclaron con el humo que ahora amarraba a Dylan. “Nunca vamos a crecer, seremos siempre niños”, decía Johnny. El siempre inocente Johnny, el perfecto hermano pequeño. “Siempre niños…” Como resuena esa frase y crece con el fuego que se alimenta del hambre de vivir. Irónica situación habita enesas brasas. Brasas que alcanzaron a Johnny en un abrazo eterno e hicieron de sus palabras una sentencia de vida…”siempre niños”. Polvo eres y en polvo te convertirás, cenizas llenaban esos recuerdos. Y el humo, ese humo que se levantó en esos cielos azules llevándose esas palabras, ese humo que ahora cegaba a Dylan, “siempre niños, siempre niños”.
La espuma del mar, cuando el mismo se retira aplanear su próxima oleada, sonaba en cercanía y hacía temblar hasta a la roca mejor puesta. Y en ese escenario se encontraba Dylan. Como cambia el curso del humo cuando una ráfaga decide soplar. La ráfaga tan abrasante como el fuego y las palabras tan asfixiantes como este humo. Dylan se acariciaba los dedos y los juntaba. “Los informes, los informes”, insistía la voz. Dylan ya no pensaba, soloflotaba. “Siempre niños, siempre niños”, la niñez que tan quebrantable es. Un niño es olvidado en sus días y es donde los sueños encuentran un punto de inflexión. Dylan fue un claro ejemplo de ese olvido, mientras fumaba un cigarro mentolado. Como cuando uno fuma solo por encontrar una emoción más a la rutina. Eso mismo encontraba Dylan en el humo que recorría su cuerpo, sus pulmones, sus venas, subarba. Los cambios que trae la vida, cuando ya se es joven y uno se encuentra en un vacío lleno de posibilidades. No tengo nada, pero todo lo puedo saborear. Dylan recordaba cuando se escapaba de su casa en la noche para fumar, no por adicción, no por despecho, pero encontraba en la punta anaranjada del mismo, las posibilidades de un mundo nuevo. Conquistar un nuevo mundo solo con una idea. El humorecorría su cabeza y resonaba un nuevo concepto, ya lo había oído, pero nunca sentido, revolución. “Revolución en mi cabeza, lo llamaré sentimiento. Revolución en mis ojos, lo llamaré dolor. Revolución en mis venas lo llamaré locura. Revolución en mi corazón lo llamaré amor.” “Oh, Dylan como cambiaste”, se repetía a sí mismo. “Fuiste el Dios de un mundo que creaste y tú mismo lo destruiste”, peroel mundo cambia, y cuando se es joven se permite todo.
Seguía frotándose los dedos, recordando ese sentimiento de eminencia. Como cambia el mundo visto a través de una cortina de humo. Fue por esos días que Dylan conoció a Lucy. Esta vez Dylan apretaba los puños y trataba de contener sus respiraciones a un ritmo constante, pero era imposible. No con este humo. No con el recuerdo de Lucy visto a...