Humor y Pedagogía En Las Crónicas De Miguel Salvador

I. Humor y pedagogía en las crónicas de Miguel Salvador, el crítico buen aficionado de El Globo (1904-1913)
Teresa Cascudo
Miguel Salvador fue uno de los críticos más destacados de la prensa madrileña durante los primeros años del reinado de Alfonso XIII. Él y su hermano, el arquitecto Amós Salvador, publicaron regularmente en las páginas del diario El Globo entre 1903 y 1913.1 Hasta diciembrede 1905, fue Amós quien mantuvo regularmente las columnas «De Música» y «Teatro Real» (o, a veces, «Notas del Real»),
1 El Globo entró plenamente en la órbita del Partido Liberal cuando fue comprado, en 1896, por el Conde de Romanones. Éste lo vendió en 1902 a Enrique Rius y Periquet, diputado del Partido Liberal por la circunscripción de Lérida. Rius era desde 1899 propietario de la Revista deEconomía y Hacienda y colaboraba en El Heraldo de Madrid y en El Globo. Como propietario de este último, apostó en un equipo de redacción de prestigio. La empresa, sin embargo, no tuvo éxito y, ante las pérdidas, vendió el titular en 1903. Véase: GÓMEZ APARICIO, P. Historia del periodismo español. De las guerras coloniales a la dictadura. Madrid: Editora Nacional, 1974, págs. 105-107.

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esta última dedicada a la temporada lírica del coliseo madrileño. A finales de 1904, Miguel inició su colaboración de forma más continuada, con una serie de tres piezas dedicada a los conciertos que el violinista checo Jan Kubelík dio en Madrid. Aparecieron a lo largo del mes de diciembre, alternadas con otras dos, dedicadas a Rigoletto, de Giuseppe Verdi, y a Les Huguenots, de GiacomoMeyerbeer, ambas producidas por el Teatro Real. Estas crónicas, prosiguiendo la orientación dada por su hermano Amós durante los meses anteriores, reflejan el interés de Miguel Salvador por la ópera y la música instrumental de cámara, a las que se sumó a lo largo de estos años la crítica regular de las temporadas de la Orquesta Sinfónica en el Real, una agrupación entonces reciente, fundada en 1903.Se trata de géneros y repertorios que podríamos definir como minoritarios y elitistas, sobre todo si comparamos su impacto con el que otros (especialmente, el género chico) tenían en la época.2 A partir de 1910 y hasta el cierre de la segunda serie de la publicación, ocurrido en 1918, envió puntualmente sus crónicas madrileñas a la Revista Musical. También colaboró esporádicamente en la revistaLira Hispana, así como en España. Los artículos publicados en 1917 en esta última se centran en la crítica de nuevas obras.3 El número de sus colaboraciones periodísticas comenzó a decaer desde entonces, coincidiendo
2 Para una contextualización de la práctica crítica española, de la que Salvador formó parte, véase: CASARES, E. «La crítica musical en el XIX español. Panorama general». La músicaespañola del siglo XIX. Oviedo: Universidad de Oviedo, 1995, págs. 463-491. Con su lectura, se puede comprobar el predominio de la música teatral entre los temas abordados por los críticos del período. 3 Entre otras, de la farsa mímica El Corregidor y la Molinera, cuya música fue escrita por Manuel de Falla a partir del libreto de María Lejárraga, estrenada por la compañía de Gregorio MartínezSierra: «La semana teatral. Eslava: El corregidor y la molinera, farsa mímica de Gregorio Martínez Sierra, música de Manuel de Falla». España, 116, 12-04-1917, págs. 11-12 [249-250].

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con su mayor compromiso con la Sociedad Nacional de Música y la Orquesta Filarmónica de Madrid, de las cuales fue presidente. Para Salvador, la crítica eraun elemento fundamental de la cultura moderna. La razón no era que tuviera valor en sí misma, sino que la identificaba con un tipo de ejercicio intelectual que, más allá del examen de la personalidad artística de los músicos que se presentaban en Madrid, podía despertar otro tipo de debates, «de pura teoría más interesantes aún, por las que venimos en conocimiento de la orientación, cultura,...