Hunters
Después de que se fue Eskol, “la vida” ya no es tan divertida; no es que fuera realmente genial, pero sí mucho mejor que ahora y más cuando tengo que arrastrar a un costal de huesos y piel por haber hecho una estúpida promesa.
—Hey Eivor… ¿sabes cuál fue el único motivo por el cual di mi palabra de quedarme contigo y no abandonarte a tu suerte? —dijo la chica que se encontraba al otrolado de la estancia inundada por las sombras— Supongo que no lo sabes, ni siquiera sé si estas consiente, tiene más de tres días que no te mueves de ese asqueroso rincón… en fin, cada día la deuda se hace más pequeña y juro que cuando esa deuda se termine… te escucharé gritar e implorar por tu patética existencia. Me pregunto si podre ser una mujer piadosa… Mmm creo que aún me queda un poco detolerancia y paciencia… qué suerte para ti ¿no crees? —silencio—Bueno… la charla fue exquisita como siempre, pero lamentablemente tengo algo de hambre y es más que obvio que tú no me servirías ni como aperitivo, quizá cuando regrese te traiga algún bocadillo de esos que te gustan tanto —la chica ríe un poco mientras camina hacia la puerta—un cachorro tal vez o un gatito de esos que mataspiadosamente cuando ya no soportas la sed.
De verdad jamás creí que me tocaría pasar por algo como esto. Eskol en serio que me las cobró caras, mira que dejarme a su melindroso chiquillo fue una broma de muy mal gusto… espero pronto regrese, porque si no lo hace yo misma me quitaré la pesada carga de una buena vez.
Pero ¿qué más da?, la luna y yo somos una… y cuando ya no se tiene nada que perder,la existencia toma un matiz mucho mas colorido e intenso; donde el peligro ya no significa nada y la luz roja va de la mano con la diversión. No faltará el alma afortunada que se cruce en mi camino esta noche, sólo espero no falte mucho, porque la sed comienza a ser bastante molesta.
Me dirigí a uno de mis bares favoritos, si eres criminal incorregible seguro estarás en este sitio, en la cárcelo muerto… no hay otra opción. ¿Qué podría decir del lugar?, es bastante limpio para ser un nido de ratas; aparte es bastante modesto, la gente es asquerosamente servicial y más si dejas una propina considerable. Los rostros nuevos se ven a menudo, típico, gente buena que intenta ser mala, pero que en el fondo sólo quieren terminar su trago y salir corriendo. Este bar ofrece una carta abierta ybastante folclore.
—¿La mesa de siempre señorita?, sabe que siempre la reservo para usted.
—Ja, ja, ja, ja me haces sentir importante; relájate cualquier mesa está bien.
—Señorita usted es especial, muy especial para mí.
—Oh vaya qué halago, espero no estés coqueteándome, porque si sabes lo que te conviene no lo harás.
—Bueno yo… solo intento que esté cómoda…
—Ok, ¿cuál es tu nombre?
—Hugoseñorita, mi nombre es Hugo.
—Bueno Hugo entonces tráeme lo de siempre y cambia esa horrenda música por algo de más clase, no porque estemos en el infierno debemos lucir tan populares.
—En seguida, lo de siempre.
Pobre diablo, si supiera que cada noche le vende su hipócrita adulación y carisma a la muerte, esperando algo más que una propina miserable que seguramente le da de comer. Tan triste ytan cierto que incluso me causa un poco de gracia.
El panorama es bastante común, espero pronto llegue la atracción principal; han pasado doce minutos después de la media noche, confío en que no tendré que esperar mucho.
Y… touché a las doce mas veinte aparece un tumulto de chiquillos que no rebasan la mayoría de edad, no son de por aquí al parecer y vienen bastante animados; lo suficientecomo para divertirme por esta noche. Escogen un lugar estratégico y trágico a la vez, justo junto a mi mesa, las miradas y comentarios tontos no se hacen esperar, los ignorare por un rato, quiero ver quién será el valiente que marque su destino en este acto.
Piden licor barato… como era de esperarse, las dos chicas que vienen con ellos parecen algo inquietas, más bien incómodas y por más que...
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