Ibsen y los pilares de la sociedad

IBSEN Y “LOS PILARES DE LA SOCIEDAD”

Por Olga Cosentino


Con Los pilares de la sociedad inicia Ibsen el ciclo de su producción ubicable en el marco de un realismo crítico de su medio social. Antes con Peer Gynt, Brand o Emperador y galileo, su cuestionamiento a los males sociales había sido de tono poético, distante en el tiempo –personajes históricos o de leyenda—e idealista en lapropuesta. Con esta obra, los resentimientos personales del autor hacia la sociedad noruega aparecen claramente expuestos y prescindentes de toda elipsis metafórica.
Era el tiempo en que la primera revolución industrial había ya modificado vitales estructuras de los países centrales. El ferrocarril y el barco a vapor habían acelerado las comunicaciones y alimentado el intercambio. Las relacioneseconómicas que generaba el progreso conmovían las instituciones, que eran cuestionadas en su utilidad y en su adaptación a la nueva realidad. El desplazamiento de los trabajadores por las máquinas, el descontento de aquéllos frente al rápido enriquecimiento de la burguesía y su propia pauperización, y un liberalismo que se atrevía a conmover estamentos hasta entonces intocables como la familia, laiglesia o las convenciones morales y sociales eran elementos que convergían creando un fermento por lo menos transformista, acaso revolucionario. En las grandes metrópolis, estos fenómenos se producían de una manera más enérgica y desprejuiciada, mientras en comunidades más pequeñas o alejadas de aquellos grandes centros –como la boreal Noruega—un cierto repliegue de la burguesía hacia formas puritanasy conservadoras generaba actitudes de hipocresía y cobardía de espíritu.
En este contexto, Los pilares de la sociedad aparece como un drama moral que vivisecciona aquellos males en las vertientes más corruptas del cuerpo social, las cuales, paradójicamente, eran tenidas por bastiones del progreso y las buenas costumbres.

LOS BLANCOS DE UNA CRITICA FEROZ
La obra comienza presentando a tresimportantes miembros de esa comunidad vinculados por intereses económicos: el Consejero Bernick, hábil comerciante y funcionario del gobierno local, y los comerciantes Rummel y Wiegeland. Los tres tienen entre manos un turbio plan para que el ferrocarril pase por el lugar a través de una vía interior –beneficiándolos al valorizar unos terrenos que acaban de adquirir a bajo precio—en lugar de hacerlopor la costa, como se había previsto tiempo atrás, ya que ese recorrido hubiera perjudicado sus intereses en una empresa naviera de cabotaje comercial. Estas maniobras pretenden disfrazarse de decisiones políticas dirigidas a objetivos de trascendencia, para el bien de la sociedad. Para ello, manejan el consenso de los ciudadanos, con lo que respaldan su accionar: “No dudo del éxito –diceBernick--. Contamos con la simpatía general y la contribución del municipio... pero hay que forzar el asunto.” A lo que Rummel y Wiegeland responden: “Cada uno en el círculo de sus conocidos...” Que son nada menos que el clero y ciertos elementos influyentes de la prensa.
En general, todas las mejoras y novedades que aporta el desarrollo tecnológico son aceptadas y rechazadas según la conveniencia deestos sectores de poder, intenta decir Ibsen. En la obra, el reemplazo del hombre por las máquinas es considerado por Bernick como el inevitable sacrificio que exige el cambio, por lo que trata de dominar la protesta de los trabajadores enviando a su contador para que persuada al dirigente gremial Aune: “El Consejero Bernick sostiene que usted no puede destinar su tiempo libre a sembrar eldescontento entre los obreros. El sábado pasado les habló de los perjuicios que causan las nuevas máquinas y la nueva distribución del trabajo en el astillero. Así se desorganiza la sociedad, señor Aune”. Pero Aune conoce la rotunda contradicción entre el interés de la burguesía en el poder y el de los trabajadores: “Mi sociedad no es la del Consejero, señor contador”.
Por otro lado, estos poderosos...