ICSE

3) Hacia 1943 el movimiento obrero conservaba una posición distante con la línea oficial de la Revolución de Junio, y por lo tanto hacia Perón, que todavía no había logradodar pronta satisfacción a los reclamos sindicales ya que su lugar en el régimen aun no estaba consolidado. A partir de mayo de 1944 esta situación comienza a modificarse. Luego dehaber desplazado a sus rivales en el Ejercito y afianzado su poder personal, Perón comenzó a adoptar un papel preponderante en la escena política argentina, ganando la adhesiónde las masas trabajadoras, pasando de las promesas a los hechos. Los controles oficiales sobre el sindicalismo se aflojaron; los obreros ferroviarios recuperaron la conducción desu sindicato y una serie de decretos se ocuparon de promover las negociaciones colectivas bajo la tutela estatal. En los 15 meses posteriores se nota un aumento abismal en lafirma de contratos, que revelan la significación de estas medidas. A su vez, la secretaria de trabajo facilito la sindicalización proveyendo a los organizadores sindicales decredenciales oficiales para que pudiesen entrar a las empresas y afiliar a los trabajadores. La novedad estuvo en la transformación del Estado en una instancia política a la que podíanrecurrir los trabajadores para equilibrar las relaciones de fuerza en el mercado de trabajo. Cuando los empresarios empezaron a cuestionar públicamente las medidas de protecciónlaboral de la Secretaria de Trabajo y cuando a comienzos de octubre Perón fue obligado a renunciar y luego detenido por sus propios camaradas del Ejercito, los dirigentesobreros abandonaron su posición neutral, tomando partido – como lo venia haciendo ya la mayoría de los sectores trabajadores – y salieron en defensa de Perón y sus políticas.