Idealismo
REFLEXIONES SOBRE LA APORÍA
REALISMO-IDEALISMO
El encuentro del hombre, en si espontanea actitud cognoscitiva, con un con-
junto de manifestaciones distintas a el, es decir, con un mundo "externo", y con una serie de vivencias y elementos, propicios, personales, es decir, con un "mundo interno", ha significado, sin duda, desde la primera aparici6n aun rudimentaria de laconciencia, un conflicto, una contrariedad, un problema, a causa de las profundas dificultades' halladas para entender la correspon-
dencia, reducción, eventual aplicación, entre esos mundos: conflicto que en algunos ha desembocado tal vez en el atisbo de la presencia de una verdadera aporía
El mundo externo y el mundo interno, lo objetivo y lo subjetivo, lo empírico y lo a Priori, lo real y lo ideal,lo abstracto y lo concreto, lo existente y lo "apareciente", lo fenomenico y lo nouménico, el ser y el pensamiento o cualesquiera otras denominaciones más o menos equivalentes que se les de implican o parecen implicar una oposición tan radical, irreductible, contradictoria y excluyente, que a través de la historia del pensamiento produjo y mantiene el par de ismos opuestos quizá mas relevante: elde realismo-idealismo. Las dos actitudes se apoyan en fundamentos teóricos y empíricos, que en principio pueden considerarse como indubitables; lo cual precisamente haría pensar que se trata de un falso problema, de un defecto de perspectiva, o de los polos de una antinomia. Porque, en primer lugar, la oposición misma en cuanto tal no es la causa del problema, ya que ella es algo natural -lo queen ultimo término se funda en la dualidad y alte-
ridad de los elementos conocitivos, es decir, el objeto y el sujeto-, en vista de que las características de los factores opuestos son esenciales, definitorias.
Por otra parte, la existencia en cuanto tal, correlacionada y aun corres-
pondiente, de los dos aspectos, no solo no es conflictiva de por sí, sino que es necesaria; e incomprensibleseria más bien la no-coexistencia. Que algo sea real y algo diverso y opuesto sea ideal; que exista algo subjetivo y algo ob-
jetivo; que haya algo empírico y algo a Priori, etc.: todo esto nadie podrá negarlo, una vez bien definidos los términos. La dificultad estriba más bien en otros puntos. Los principales, a mi juicio, son dos: primero, la eliminación llana y simple de un aspecto, reduciendoel otro a éste -pueden servir de ejemplos el empirismo, el fenomenismo o los idealismos radicales de Platón y Berkeley-, y segundo, la sustitución o suplantación de un aspecto con otro, sin negar necesariamente el primero, o, dicho en diversa forma, la atribución de las
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características propias del uno al otro -como sería, conside-
rando lasformulaciones de Kant, un realismo trascendental (=aristotélico-escolástico) y un idealismo empírico o material. Tanto la eliminación y la sustitución, como cualesquiera otras actitudes que pretendan soslayar el problema planteado por la oposici6n natural entre los dos aspectos, desembocan en teorías que por principio se cierran la puerta a la posible soluci6n, o cuando menos al reconocimiento de unaaporía, de una antinomia.
A mi juicio, las positions gnoseológicas realismo-idealismo -así en
cuanto ismos y en cuanto teorías explicativas, no como meras comprobacio-
nes de fenómenos- derivan histórica y doctrinalmente del problema que existió siempre acerca del origen, de la causa y "localizaci6n" de las determi-
naciones formales y materiales que ofrece la realidad (ejemplo plástico deesta diferencia sería una cosa de un metal concreto - determinación material, y con una figura particular = determinación formal). No es difícil advertir que todo realismo, en general, sostiene que esas determinaciones precisamente "se hallan" en la realidad, de donde proceden para la mente; mientras que todo idealismo, en general, sostiene que tales determinaciones son función y producto de la...
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