Identidad nacional, imagen exterior,

IDENTIDAD NACIONAL, IMAGEN EXTERIOR, DEMOCRACIA Y PAZ Por Eduardo Posada Carbó "Resulta fundamental preguntarse por la identidad colombiana en el inicio de un nuevo siglo" -, ha observado en su columna de El Tiempo Juan Gabriel Tokatlián.i Su preocupación es válida y oportuna. No es un llamado a discutir falsas y anacrónicas posturas nacionalistas. Sino más bien una invitación a reflexionar sobreel rumbo del país frente al mundo. Como bien lo observa Tokatlián, "las relaciones internacionales contemporáneas han colocado en el centro de la atención el tema de la identidad": importa saber, y tenerlo muy claro, qué valores nos definen como colectividad, qué imagen proyectamos de nuestra nación, y cómo nos perciben desde otras fronteras. Tokatlián señala que una "buena identidad nacionalhace posible una buena política exterior". Advierte los peligrosos riesgos de una "identidad ii balcanizada". Y sugiere atar la discusión de la "identidad nacional" a la elaboración de un "nuevo modelo de negociación" que nos permita superar la "guerra", sobre la cual sería imposible construir una "identidad robusta", ni ganar respeto internacional. Efectivamente, la preocupación sobre la "identidadnacional" y su proyección externa se ha vuelto cada vez más prioritaria en la aldea global. "La imagen de los países se ha convertido… en una política de Estado", ha señalado Javier Noya, analista del instituto español Elcano.iii Dada la mayor intensidad en la competencia por recursos en el mundo, la imagen nacional es "un activo fundamental para defender los intereses de los Estados". Como loplantean también otros estudios, el tema de las imágenes externas puede asimilarse al de las marcas de las empresas: no importa sólo "el producto en sí - la realidad del Estado", sino también "los valores y emociones" que pueden despertarse en el "consumidor-ciudadano".iv Noya repasa las iniciativas recientes de cuatro países que han prestado seria atención al problema de la imagen en sus respectivaspolíticas exteriores: Gran Bretaña, Alemania, Estados Unidos, y España. Sus observaciones sobre la experiencia británica podrían ser ilustrativas. En 1998, el Foreign and Commonwealth Office (FCO) puso en marcha el proyecto "Panel 2000, Re-branding Britain", un plan a cinco años coordinado por el British Council y el British Tourist Authority. Para tal finalidad, se integró un grupo de unos 30líderes de opinión, tanto del sector público como privado, y se

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recogieron impresiones, a través de encuestas, en un significativo número de países. El ejercicio comprobó que en el exterior se tenía lo que un alto funcionario del gobierno británico llamó "una imagen trasnochada" de la Gran Bretaña: "… nos ven sólo como una reliquia del pasado". No se reconocían las transformaciones queestaba experimentando la comunidad británica, mucho menos el objetivo de construir una "sociedad abierta y multicultural". El Panel 2000 buscó precisamente producir una estrategia para mejorar dicha imagen, identificar los medios para conseguirlo, unificar los mensajes, coordinar acciones y modernizar las estrategias de comunicaciones del FCO. El repaso de las otras experiencias le sirve a Noya parasubrayar la diversidad de problemas de imagen que cada país confronta. Alemania, por ejemplo, tiene que luchar contra las memorias de su pasado nacionalsocialista y los más recientes episodios de xenofobia, contrapuestos a sus deseos de "promover la inmigración de personal cualificado". A distintos problemas, distintas respuestas. Estados Unidos y Alemania han desarrollado políticas"fundamentalmente públicas, con un enorme peso del Estado", mientras que en España y la Gran Bretaña sobresalen más las contribuciones del sector privado y la sociedad civil. Existe, por supuesto, una distancia significativa entre los problemas de imagen revisados por Noya y los de la nación colombiana. Ante todo, nuestro país sufre las consecuencias del embate violento de organizaciones armadas ilegales...