Una lectura de «Identidades asesinas» Amin Maalouf habla en Identidades asesinas de los elementos dispares que han formado su modo de ser, los lazos que le unen a sus semejantes y lo hacen singular, para desarrollar esta única e irremplazable identidad del ser humano que no es solo va de ser "árabe", "francés", "serbio". El índice del libro nos habla de las identidades asesinas (mi identidad, mispertenencias; cuando la modernidad viene del mundo del otro; la época de las tribus planetarias; domesticar a la pantera...).No nacemos con una identidad, la construimos y transformamos a lo largo de nuestra vida. La concepción tribal de la identidad lleva por costumbre a crear grandes males y nuestras grandes tragedias de la humanidad. Pretender pertenecer a una sola "cosa" lleva implícito unaactitud parcial, intolerante, sectaria, dominadora, que acaba por convertir a las personas en asesinos o partidarios de los que asesinan. ¿No es característico de nuestra época haber convertido a todos los seres humanos, de algún modo, en migrantes y minoritarios?,Amin Maalouf comenta al lector con la certeza de que las sociedades seguras de sí mismas se reflejan en una sociedad y en una religiónserena, confiada, que líneas después, nos desvela insistiendo en que «para ir con decisión al otro, hay que tener los brazos abiertos y la cabeza alta, y la única forma de tener los brazos abiertos es llevar la cabeza alta. Nos dice que si a cada paso que da una persona siente que está traicionando a los suyos, que está renegando de sí misma, el acercamiento al otro estará viciado». Cuando lamodernidad lleva la marca del otro, no extraña que algunos enarbolen los símbolos del arcaísmo para afirmar la diferencia. El autor propone saltar desde la pertenencia a una tribu planetaria hacia una identidad que se perciba como la suma de todas nuestras pertenencias, remarcando la universalidad y no la uniformidad: Cada uno de nosotros somos depositarios de dos herencias: una, vertical, nos viene denuestros antepasados, de las tradiciones de nuestro pueblo; la otra horizontal, es producto de nuestra época, de nuestros contemporáneos. Es esta segunda la que a mi juicio resulta más determinante, y lo es cada día un poco más; sin embargo, esa realidad no se refleja en nuestra percepción de nosotros mismos. No es a la horizontal a la que nos adscribimos sino a la otra. Amin Maalouf anima a todoser humano a asumir la propia diversidad y que la entienda como la suma de diversas pertenencias. No dejamos de ser hombres y mujeres que formamos parte de la aventura humana: «La identidad es en primer lugar una cuestión de símbolos, e incluso de
apariencias», advierte el autor y sigue líneas des pués: «todos los seres humanos deberían poder asumir, con la cabeza alta, sin miedo y sinresentimiento, todas y cada una de sus pertenencias». «¿A quién pertenece el mundo? A ninguna raza en particular, a ninguna nación en particular. Pertenece, más que en otros momentos de la Historia, a todos los que quieren hacerse un sitio en él». El deseo de la identidad no hay que convertirlo en objeto de persecución, ni de condescendencia. Hay que observarlo, comprenderlo, domesticarlo, como sedomestica a la pantera que «mata si se la persigue, mata si se le da rienda suelta, pero lo peor es dejarla escapar en la naturaleza después de haberla herido». 1
Posiblemente, el sueño de Amin Maalouf sea el sueño de muchos de nosotros: «un día en el que la región que me vio nacer siga ese mismo camino, dejando atrás el tiempo de las tribus, el tiempo de las guerras santas, el tiempo de lasidentidades asesinas, para construir algo común; sueño con el día en que podré llamar patria a todo el Oriente Próximo, igual que llamo así a Líbano, a Francia y a Europa, y compatriotas a todos sus hijos, musulmanes, judíos y cristianos de todas las denominaciones y de todos los orígenes» (Identidades asesinas está editado por Alianza editorial, Madrid 1998) «Identidades asesinas» es una denuncia...
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