Identificando Al Pueblo

Breve genealogía del origen del peronismo

“A Perón lo seguía el pueblo, las masas” es un lugar común que pretende decir mucho y no transmite nada a la hora de explicar el movimiento peronista. Esas maneras de generalizar y agrupar inapropiadamente son las que deben ser dejadas de lado en este tipo de estudios. ¿Quiénes son la ‘masa’ o el ‘pueblo’? Nosotros somos el pueblo y quizás ninguno denosotros sea peronista. Pero el objetivo de este trabajo primordial no es identificar a los peronistas, sino hondar más profundo, ir más lejos en el tiempo –aunque no de manera cronológica- para encontrar la razón de determinados sucesos que, analizados en su propio contexto, sólo nos muestran la punta del enorme iceberg; nos proponemos hallar las raíces más recónditas del peronismo. Recién una veztramada la genealogía de los sectores nacionales entendidos como un todo es cuando podemos diferenciar realmente a un “peronista de sangre” de un “cliente oportunista”, que resulta el centro del trabajo y a su vez lo menos importante. Así, el porqué de la intensidad del apoyo popular que sustentaba a Perón quedará deducido entre líneas.
Omitiremos cierto tipo de aclaraciones que interpretaremoscomo obvias y un tamaño considerable de contenido fáctico que desviarían el hilo lógico que pretendemos trazar.
Comenzaremos por los años 30’, en una coyuntura en la que la voz del pueblo era la voz de las elites económicas. Los conservadores habían vuelto al poder luego de la etapa radical. Esto significó retrocesos en el sistema democrático, así también como progresos en materia agrícola. Laindustria nunca había sido expandida, pero si hubo algún indicio timorato de industrialización fue por obra de los radicales. Los militares vinieron a desandar todo ese progreso tecnológico. Pensemos en las consecuencias sociales. Los sectores más pobres que siempre habían sido vasallos cuasi-feudales de los grandes terratenientes, habían visto en las obras del radicalismo –aunque no en elradicalismo en sí como ente político- una suerte de esperanza, de liberación. Pero la situación ahora era peor. Ya habían vivido la industria, con desastrosas condiciones de trabajo, excesivas horas laborales, con todo eso pero con más de lo que tenían antes; y luego siguieron en ese martirio pero en un ámbito que no prometía futuro alguno.
No obstante, la situación internacional no era la más apropiadapara sustentar una economía entera en la exportación agrícola. Mediante planes y tratados, el Estado conservador se vio obligado a ceder ciertos derechos a las industrias y empresarios. Obviamente, toda entrega conllevaba una devolución en otros aspectos. Pero eso no es el tema que nos compete. Lo que nos importa destacar aquí es que esas clases sociales, estratos tan opuestos entre sí al punto derepelerse, paulatinamente se amalgamaban en lo que respectaba a determinados intereses. El mercado funcionaba de tal manera que hacía parecer que la productividad más rentable era la de los latifundios y la industria venía a escena con la única intención de subsistir cuando en realidad era la agroexportación la que impulsaba muy sutilmente los intereses industriales. Evidentemente, la realidadpolítica del país se hallaba en un cambio monumental, donde las alianzas de clase de las que hablan Murmis & Portantiero ya no eran utopías absurdas, sino recursos necesarios e inminentes.
No por ello debemos pensar que tiraban todos juntos hacia el mismo lado. También es cierto que eran alianzas selectivas y excluyentes, de las que participaban sólo los sectores más poderosos de la sociedad. Pero,al fin y al cabo, era un avance. De todas formas, los obreros, por ejemplo, obtenían algún que otro beneficio alentador de los acuerdos que realizaban sus patrones. Toda la industria progresaba por el progreso de sus dirigentes. Pero las clases más bajas seguían siendo un eslabón no tomado en cuenta. Tal es así que, acompañada del escueto pseudo-desarrollo industrial, los obreros debieron...