Iglesia del delantal
H. Emili Turú, S.G. Roma, 20 de marzo de 2013. Zenit.org
El sentir del Superior General
de los Hermanos Maristas
¿Qué hacía el Papa hablando sobre la ternura al iniciode
su pontificado? ¿Es que no había otros temas más
importantes y urgentes de los que hablar?
La verdad es que a mí me recordó a otro Papa, Juan XXIII,
quien, justamente el día de la inauguracióndel Concilio
Vaticano II por la noche, como si no hubiera otras cosas de
las que hablar, se dirigió desde su ventana a los miles de
personas reunidas en la Plaza de San Pedro: “Fijaos qué
hermosaestá la luna esta noche: se diría que se ha
apresurado para contemplar este espectáculo que ni tan
siquiera la Basílica de S. Pedro, que tiene cuatro siglos de historia ha podido contemplar. Mipersona no cuenta para nada; es un hermano que os habla… Cuando lleguéis a casa,
encontraréis a los niños: dadles una caricia, y decidles que es la caricia del Papa. Encontraréis
algunas lágrimas queenjugar, decid: el Papa está con nosotros, especialmente en las horas de
tristeza y de amargura…”
Tanto el Papa Juan como el Papa Francisco nos recuerdan que no hay nada más urgente e
imprescindiblepara los hombres y mujeres de hoy que la ternura, esa sensibilidad que permite
“custodiar la belleza de la creación”, así como “custodiar a la gente, el preocuparse por todos, por
cada uno, conamor, especialmente por los niños, los ancianos, quienes son más frágiles y que a
menudo se quedan en la periferia de nuestro corazón”.
Por otra parte, mientras escuchaba la homilía del Papa, herecordado frecuentemente al obispo
Tonino Bello (1935-1993), el mismo que soñaba con una Iglesia que fuera “la Iglesia del delantal”
porque, decía, ese es el único ornamento sacro que podemos atribuir aJesús: “El Señor ‘se
levantó de la mesa, se quitó su manto, y tomando una toalla, se la ciñó’: he ahí la Iglesia del
delantal”.
Me he imaginado a Tonino Bello sonriente, satisfecho de que su sueño...
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