Iglesia primitiva
Por qué la iglesia moderna necesita escuchar a la iglesia primitiva
Traducido por Anthony Hurtado
“Common sense”
David Bercot, 1992
“Los primeros cristianos y sus escritos”
Traducido por Anthony Hurtado
Publicado por: www.laiglesiaprimitiva.com
Agosto del 2010, Lima-Perú
Esta traducción es obsequiada al dominio público. No tiene derechosreservados.
Comuníquese por correo electrónico con el traductor para comentarios y preguntas: anthony-1525@hotmail.com
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CONTENIDO
PÁG.
1. El filósofo loco………………………………………….7
2. La historia dedos abogados…………………………….11
3. Las reglas de la verdad…………………………………15
4. Principios de interpretación…………………………….22
5. Por qué el lenguaje humano es oscuro………………….30
6. Sistemas que no funcionan……………………………..36
7. ¿Qué harías en la vida real?.............................................42
8. Fuentes buenas, fuentes malas………………………….47
9. La boca del caballo……………………………………..52
10.La respuesta…………………………………………...56
11. La gran sorpresa……………………………………….63
12. La Septuaginta olvidada………………………………68
13. Otras bombas………………………………………….73
14. Lo que no preferiríamos ver…………………………...81
15. El verdadero conflicto…………………………………88
16. El mito de “sola Scriptura”………………………….....92
17. El problema…………………………………………….101
18. El otroproblema………………………….....................105
19. Preguntas sinceras acerca
de los escritos de la iglesia primitiva…………………..111
20. ¿Permaneció fiel la iglesia?............................................121
21. ¿Colapsó la iglesia del Nuevo Testamento?...................127
22. Una decisión difícil…………………………………….131
1
El filósofo loco
Cuando en una mañana el sol se levantó e iluminó las calles empedradas de la antiguaAtenas, una extraña figura subió de una gran fuente de agua, donde él había pasado la noche. Vestido de una túnica raída y sucia, andaba como vagabundo por las calles angostas de la ciudad. Mientras caminaba, su cabello blanco y su barba abundante y blanca reflejaban los rayos del sol de aquella mañana. Aunque era un día soleado, él llevaba una antorcha encendida en sus manos, mientras caminaba conesfuerzo abriéndose paso por en medio de una muchedumbre que caminaba en toda dirección.
Dirigiéndose al mercado, bullicioso y aglomerado, se acercó a un hombre tras otro, alzando su antorcha en dirección a sus rostros, examinando cuidadosamente cada línea de sus semblantes. En medio de los estrépitos de los caballos y de los gritos de los vendedores que ofrecían sus mercancías, los espectadorestrataron con cuidado con este hombre raro y enloquecido.
“Tú, loco, ¿qué haces aquí?,” alguien de entre el gentío allí reunido le gritó sarcásticamente.
“Mi nombre es Diógenes,” respondió apresuradamente, “y estoy buscando a un hombre honesto.”
Si Diógenes llevara su antorcha a las iglesias en estos días, ¿encontraría a una persona honesta? La razón de mi pregunta es porque este libroprincipalmente trata sobre la honestidad.
Por el término “honestidad,” no me estoy refiriendo a la actitud hostil de robar o mentir. Más bien, estoy hablando de la honestidad intelectual y espiritual. Es decir, de la buena disposición para ser totalmente objetivos en la búsqueda de la verdad de Dios. Los cristianos intelectualmente honestos tienen el deseo y la capacidad para ver todos los ladosde cualquier tema espiritual o teológico. Éstos están mucho más comprometidos en investigar cuál es la verdad que defender sus posiciones personales o las de su denominación o iglesia.
En realidad, la honestidad espiritual e intelectual debería caracterizar naturalmente a todos los cristianos. La Escritura nos dice que Dios es un Dios de verdad (Salmos 31:5). Una persona...
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