Iglesia y política

ILGLESIA Y POLÍTICA
Las relaciones han sido tensas. Iglesia y gobierno han discrepado durante once años. Sus voceros han protagonizado varios capítulos de enfrentamientos. En general, las diferencias han tenido un significativo contenido ideológico. El distanciamiento doctrinario es cada vez mayor. Pero mantener la disputa en ese plano les ha impedido abordar el problema de fondo: En el país seprodujo una ruptura del piso moral sobre el cual se edificó la democracia republicana.

Desde el año 89 existe un desacomodo estructural en diferentes sectores. En especial, ese malestar ha sido expresado de diversas maneras por amplios sectores populares. Pero en realidad la molestia es generalizada. Abarca a todas las clases y sectores. Ese desajuste ha afectado la convivencia social. Bastaobservar la cotidianidad: Los días transcurren entre la criminalidad y la especulación de precios; entre la fuga de capitales y el masivo cierre de empresas. A esos días no le faltan los regulares insultos del Presidente y su descabellado afán de sometimiento y dominación. El complemento lo agregan algunos sectores de oposición, con su ceguera social. La voracidad de poder de varios de sus líderes.Y los planes conspirativos de unos cuantos millonarios que desean preservar sus abusivos privilegios económicos.

Se podría decir que la convivencia cívica se convirtió en una planta exótica. Por ejemplo, las relaciones de cooperación están suspendidas. Cuando se producen ocurren entre algunos sectores. Este tipo de vínculo quedó reservado para pequeños grupos; ahora es una experiencia limitada,extraordinaria. En modo alguno define las relaciones entre los venezolanos. Este desfondamiento de las relaciones de cooperación social configura la médula moral del actual proceso político. Pero ese centro está más allá del ámbito político. Pertenece a la esfera ética.

Las disputas doctrinarias entre iglesia y gobierno producen un efecto perverso: esconden ese trasfondo moral. Encubren elestremecimiento de la democracia republicana. Impide ver que sus cimientos valorativos están convulsionando. Pues durante mucho tiempo se socavaron. Lo que está en cuestión es el fundamento moral de la democracia republicana. Y los religiosos y los políticos que polemizan sobre aspectos ideológicos minimizan este problema; lo oscurecen y desplazan hacia una orilla. Ellos actúan como si la prioridadfuese imponer una doctrina sobre otra. Incluso con sus argumentos dan la impresión que mientras unos defienden las doctrinas del gobierno, los otros lo hacen con las de oposición. Cuando en realidad lo que está por resolverse es más radical: se trata de construir un acuerdo sobre valores que permitan la redefinición de un nuevo contrato para la cooperación social.

El país ha venidotransformando su configuración política e institucional. Este proceso está en marcha y se profundiza. En especial, se modificaron algunas formas de entenderse y organizarse; a la vez, se alteraron las modalidades que se tenían para comunicarse y relacionarse como sociedad. El cambio ha sido del cielo a la tierra. También se ha producido un giro en la comprensión que los venezolanos tienen de sí mismos y delos fines que persiguen individual y colectivamente. Esta metamorfosis es definitiva. Pero la diatriba ideológica la desconoce. Peor aún re-direcciona ese proceso hacia un callejón sin salida: se apuesta por una vuelta al pasado, lo cual resulta una convocatoria inútil e irrespetuosa, o se defiende este proceso populista y autoritario.

Venezuela sufre una radical transformación moral, social ypolítica. La situación exige un diálogo moral antes que político. Este reclamo no se puede seguir evadiendo. El momento exige abordarlo sin rodeos. De hecho, los valores y costumbres que soportaron aquel tejido social que surgió a la sombra del acuerdo del 58, resultan desacertados para superar el desacomodo en el que se vive. Y la iglesia está llamada y forzada a promover este proceso. En...