iglesias
Iglesia La Compañía
Fachada iglesia La Compañía en Quito Pichincha Ecuador En 1605 comenzaron los jesuitas de Quito los trabajos de su iglesia. Hacia 1613 llegó a la ciudad el hermano coadjutor Marcos Guerra, quien fuera arquitecto brillante en el Reino de Nápoles, antes de entrar en la Orden.
El corrigió lo que se había hecho y dio a la obra el trazo definitivo.
A sumuerte, acaecida en 1668, la iglesia y edificios contiguos, con sus tres claustros, estaban concluidos en lo fundamental. La fachada comenzaría a labrarse en 1722 y solo se terminaría en 1765, en vísperas de la expulsión de los de Loyola de los dominios del rey de España. La fachada del templo es una de las maravillas del barroco y plateresco americanos. Flanquean la puerta principal seis columnassalomónicas fastuosas, integradas por primera vez al movimiento arquitectónico en el arte americano y las puertas laterales, pilastras de estilo romano corintio.
Todas reposan sobre un estilóbato en paneles con decoración renacentista. Sobre el arquitrabe corre un friso de soles y follaje, y sobre el friso, la cornisa que parecería sustentarse sobre hojas de acanto.
La cornisa, que corre ceñidaa los resaltos de la fachada, sobre la puerta principal se convierte en arco, suerte de dosel de un nicho que aloja a la Inmaculada, guardada por ángeles y querubines.
El segundo cuerpo, de fina ornamentación plateresca, está formado por dos bloques, con preciosas columnas, que dejan al centro enorme ventana coronada por la inscripción votiva a Loyola.
Fachada iglesia La Compañía en QuitoPichincha Ecuador El admirable conjunto de columnas y frisos, esculturas y molduras, paneles y panoplias simbólicas, tan ricas y a la vez tan exactas, se remata con tímpano semicircular y el signo eucarístico sobre espigón de crestería.
Entrar al templo es quedar deslumbrado ante estupenda síntesis de fasto y armonía, de riqueza barroca y barroco equilibrio, todo en oro. No hay lugar del retablomayor y de capillas, de la bóveda del crucero y columnas, de tribunas y coro, que no esté recubierto de primorosa decoración.
En el retablo del altar mayor, obra de Legarda, se ha retomado como principal motivo de composición las columnas salomónicas de la fachada y las cornisas que se estiran al centro en arco y se ha hecho culminar el conjunto, abigarrado y deslumbrante, por corona sostenida porángeles. Los nichos, cuatro, alojan cuatro tallas policromadas, correspondientes a los cuatro fundadores de las grandes órdenes, San Francisco y San Ignacio de Loyola con el inconfundible estilo de Legarda.
A ambos lados del presbiterio y a los lados del crucero contiguos al presbiterio hay admirables tribunas, obras maestras de tallado. Las columnas de la nave central están adornadas, de lado ylado, con una de las más importantes series de la pintura colonial quiteña: la de los profetas, atribuida a Goríbar. A la noble caracterización de cada personaje, al cuidadoso tratamiento de túnica y manto, se une la cromática del paisaje y escenas de fondo, donde hay tanto color quiteño.
Cantuña
Retablo en el altar principal de Cantuña en Quito Ecuador Cantuña pudiera llamarse la CapillaSixtina del arte quiteño. Dada por los franciscanos a la cofradía de escultores y pintores, los cofrades se encapricharon en convertirla en auténtico relicario de joyas únicas. Su puerta se abre sobre el atrio de San Francisco, hacia el sur, casi al final.
Cantuña dice una tradición recogida por el proto-historiador del Reino de Quito, el padre Juan de Velasco, fue hijo de Hualca, que ayudó aRumiñahui a esconder los tesoros de Quito para librarlos de la codicia hispana.
Para acudir a la extrema necesidad de su amo, Cantuña le condujo hasta el tesoro, y el amo, al morir, dejó al indio de único heredero. Urgido alguna vez para que revelase el secreto de bienes que gastaba con prodigalidad, Cantuña dijo que había hecho pacto con el diablo. Acaso para redimirse de tal pacto, Cantuña erigió a...
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