Ignacio manuel altamirano- la escuela en 1870, la escuela antigua, la escuela contemporanea, la escuela libre, la escuela de la ciudad, la escuela del campo, el maestro es escuela.

Páginas: 14 (3400 palabras) Publicado: 9 de septiembre de 2012
ESCUELA NORMAL SUPERIOR
DE JALISCO

La escuela en el desarrollo histórico de México

Licenciatura en educación secundaria
Especialidad de Español
Kenia Millán


INTRODUCCIÓN:
En este texto Ignacio M. Altamirano, se expresa de la educación desde la época antigua, pasando por la escuela contemporánea, la escuela de ciudad hasta llegar a la escuela del campo, dando unpanorama extenso a través de sus cortas líneas, y adentrando al lector a lo que era y lo que se pretendía de la educación en el país de México en aquellos ayeres.
Dentro de estas lecturas, muestra preocupación por hacer que la educación se intensifique en esfuerzos de calidad, de igualdad y de justicia, para así acabar con la ignorancia del pueblo y hacer que la juventud que son la futura esperanza,aprendiera a leer, escribir y a trabajar las ciencias para prosperar como país.
En sus líneas muestra la viva imagen de lo que pasaba con la educación y lo triste que era encontrarse en un pueblo indígena donde el maestro era el sirviente del clero y donde los muchachos en lo que se decía que eran “educados” solo aprendían los rezos que el cura mandaba se aprendiesen, siendo esto inútil porqueni siquiera sabían lo que significaba por la diferencia de lengua.
Mas adelante se muestra con pintoresca forma de redacción “el maestro de escuela”, que resalta a los curas, maestros, profesores y jesuitas, adentrando al lector a la época en la que Altamirano vivía, y haciendo que la imaginación volase por lo que describe tan vivamente, sus recuerdos plasmados muestran el interés que el mismotenia por propagar la idea de la importancia de un buen instructor de escuela, el que tiene el poder de instruir y hacer avanzar a un país entero.

DESARROLLO:
La escuela en 1870, Ignacio M. Altamirano.
La escuela popular, como debe suponerse, conocidas mis ideas democráticas, ha llamado siempre, de una manera grave, mi atención. A ella he consagrado frecuentemente mis pensamientos, en ella hepuesto mis esperanzas más risueñas, y cada vez que una gran desgracia pública, o la simple comparación de nuestra miseria con la prosperidad de otras naciones, han venido a revelarme los efectos de nuestra parálisis intelectual y moral, he vuelto los ojos a la escuela primaria, como a la santa piscina, cuyas aguas maravillosas encierran solas el secreto de nuestra curación radical.
Ha llegado eltiempo; la República levanta su frente victoriosa, y la reforma comienza a florecer, a pesar de las maldiciones impotentes de sus enemigos. Es la hora, pues, de la reconstrucción y de la consolidación. Laboriosa es la empresa; pero ella es inevitable, si no queremos ver a la ruina convertida de nuevo en baluarte y en trono del fanatismo, encadenado hoy, pero no muerto.
Dirijamos nuestros ojos ala escuela popular, pero veámosla, no como una necesidad de la vida social simplemente, sino como el fundamento de nuestra dicha futura
Para ello será conveniente examinar, aunque no sea más que de paso, la forma de la escuela antigua, a fin de compararla con nuestra escuela actual, y conocer los vestigios que los viejos principios y las viejas instituciones han dejado en ella, para borrarloscompletamente, como perjudiciales. Son las heces peligrosas de una bebida mortal, que han quedado pegadas al purísimo vaso de la enseñanza, y que es necesario arrojar para siempre.

La escuela antigua
¡La escuela antigua! Hubiera debido llamarse mejor El ensayo de la abyección, porque allí se mataba el sentimiento de la dignidad que espiraba palpitante y aterrada en medio de mil tormentosignominiosos, tormentos físicos y tormentos morales, que martirizaban el cuerpo y que apagaban la divina chispa de la razón en el hombre acabado de nacer. Un cuadro palpitante de lo que era aquella escuela, nos reproducirá mejor que ningún razonamiento, todos los horrores de la enseñanza antigua, que no era menos ingrata entonces para los pobres que para los ricos.
Un niño sufría para ir a la escuela,...
Leer documento completo

Regístrate para leer el documento completo.

Estos documentos también te pueden resultar útiles

  • La escuela del campo” y “el maestro de la escuela”
  • EL MAESTRO DE ESCUELA. Ignacio M. Altamirano
  • El maestro de escuela ignacio m. altamirano
  • escuel antigua, escuela moderna
  • La Escuela En 1870
  • La escuela 1870
  • ESCUELA DE 1870
  • Escuela

Conviértase en miembro formal de Buenas Tareas

INSCRÍBETE - ES GRATIS