Igno Signo Vencencis
Pero ese escapeno es real, al contrario, es banal y sin hablar…
De nuevo caigo al agua de aspecto límpido y olor sui generis. Otra vez ese arcoíris que irradia mi pecho se tiñe de amarillo y yo me acobijo en laimpermeabilidad del nylon tan ruidoso. De nuevo me preguntas si me animo a rezar y yo te contesto que no por la necesidad de seguir siendo la piedra en el fondo del mar.
Vuelvo a mi falso culto dondepor lo menos siento algo de unión con mis átomos cercanos, unión inestable por cierto… Aunque no quiera cargo la marca de la cruz en mi espalda, la que vos tanto adoras porque llena de paz. Porque esla salvación al pecado con el que tanto jugas. Y te divierte, te entretiene como niño al ver las armas disparar.
Pero hablas, te llenas la boca de bondad y el corazón de superioridad ante la imagende la masacre y el frio divino invaden esos sentimientos que lograste mamar. Cuando busco, te encuentro a la espera de mi error para sentirte superior aunque estés de rodillas asimilando sustanciassalomónicas para intentarte curar.
Recuerdo muy bien cuando dijiste que estudiar como relacionarte mejor con él te iba a salvar, por lo visto no aprendes, no llevas a la práctica tanto cielo porqueseguís tirando piedras al arroyo sin pensar. Me traigo al plano conocido. La metáfora no va más y mis lágrimas son esa sorpresa la cual gozas, te acobijas.
El timbre para ir a clase hace que todos...
Regístrate para leer el documento completo.