Ignominia
“Apúrense, ya casi llegamos”, dice suavemente mi papá. Acelero el ritmo del caballo. Tengo que encargarme de ayudar a mi papá. Soy el único que sabe leer, aunque mi papá sabe cuánto vale cada billete él nunca fue a la escuela. Yo llegué a cuarto y tuve que salirme de la escuela porque tenía que ayudar a mi papá en la casa para poder alimentar a mi familia. Ya podemos ver el pueblo a ladistancia. Desde acá se distingue la plaza, es inmensa y llena de árboles, siempre se oyen las voces de la gente a lo lejos. Las casas del pueblo son muy viejas, al menos eso me dice mi papá. Son grandes, tienen chimeneas y unos pequeños balcones de madera pero todas son viejas. Mi papá se detiene y mira al frente. “¿Pasa algo, papá?”, le pregunto.
“El pueblo está muy callado, ¿no mijo?”, respondecon miedo en la voz. “Vamos a ver qué ha pasado. Deje los caballos aquí, mijo”. “Pero nos toca caminar hasta allá”. Me mira nuevamente con la frente fruncida. “Ya los amarro, papá”. Bajamos. Frente a nosotros está el pueblo anclado en una montaña donde están todas las casas en una pendiente. Incluso la plaza no es completamente plana. Ya estamos llegando. No hay nadie, no se ve gente en lascalles y las casas están todas con las puertas abiertas. “Mijo, páseme la escopeta que trajimos y coja usted el revólver, no haga ruido”. Obedezco.
Me estoy asustando no solo porque no hay gente sino por la expresión que tiene mi papá en el rostro. Nos empezamos a mover, buscamos gente. Nos acercamos lentamente a la plaza y entramos en ella. Se oyen unos pasos, me tiro al suelo detrás de unárbol y mi papá al lado mío hace lo mismo. Hay gente en la plaza y algunas personas están sentadas en el suelo. Hay otras que visten traje militar, están agrupando a la gente en un solo sitio y parecen estar contándolas. Papá me indica que nos movamos, tenemos que irnos, si seguimos aquí nos podrían ver. De repente, el silencio se rompe, mi papá se detiene. Una persona ha empezado a gritar, a pesarde la distancia puedo entender casi claramente lo que dice: grita piedad, que no lo maten, que les dará dinero y hace una cantidad de ofertas para poder sobrevivir; aunque en el fondo él debe saber al igual que yo que no sobrevivirán, que probablemente todos van a morir.
Otros han empezado a gritar también, otros guardan silencio y miran al frente. No sé por qué no distingo bien sus ojospero parecen vacíos como si ya estuviesen muertos. Uno de los hombres de uniforme pide a grandes voces silencio, saca su revólver y dispara al hombre que estaba gritando. Después del disparo todos guardan silencio. El hombre ha caído al piso y alrededor de él se empieza a formar un charco de sangre que sale de su cabeza. No me puedo mover, mis piernas no responden. Veo la cara de mi papá, quiero...
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