Ignorancia

“Papá, papá… ¿Qué es eso de allá?” preguntó el chaparrito de Adrian mientras señalaba la estatua de Miguel Grau en el mismo ovalo frente al Museo de arte italiano. Su padre lo miró y pidió le vuelvaa hacer la pregunta pero que esta vez hable más despacio. “eso de allá… ¿quién es?… el de la estatua… en el ovalo… allá arriba”. En ese momento el bus se detuvo frente al semáforo y el padre deAdrian, Enrique, se puso a mirar por la ventana. A la espalda de donde ellos estaban sentados, un par de mujeres se habían quedado escuchando la pregunta del niño y viendo el rostro del padre mientrassonreían muy graciosas. Enrique miraba detenidamente la estatua, ceñía sus ojos y trataba de atravesar la ventana para mirar más de cerca. “es el monumento a Grau” dijo el padre con un tono desuficiencia, mientras el niño lo miraba con un gran asombro pero aún con la duda… “¿y quién es Grau, papá?”
El semáforo cambió de color y el carro avanzó hasta nuevamente detenerse en la plaza Bolognesi, dondeel niño chilló atrayendo la atención de la mayoría de los pasajeros “¡y quién es Grau!” gritó mientras su padre intentaba tranquilizarlo y hacer que se olvide la pregunta. “¡Dime, papá!… dime, dime,dime, dime, dime, dime”, “está bien, pero cálmate… ¡carambas!”. Enrique empezó a recordar sus clases en la escuela, de hace años, pero ninguna idea exacta se le venía a la cabeza, lo único que teniaeran retazos y muy pocos eran relacionados con este señor. “bueno hijo… Miguel Grau… es un héroe… de la patria… que nació eeeenn… Arequipa… fue un gran militar… y todo eso de la guerra… tenía unbarquito que se llamaba La Esperanza… fue presidente del Perú si bien lo recuerdo… lamentablemente murió de un disparo y lo demás ya es historia…” el niño, al igual que todos los pasajeros, se quedómirándolo. Adrian nunca había visto que su padre sea el centro de atención en algún lugar y, por primera vez, sintió una real admiración, lo abrazó y le dijo lo inteligente que le parecía, todo el carro...