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El «SHINTOÍSMO» proviene del japonés Shinto (神道, shintō) que significa “el camino de los
dioses (o espíritus)”. Se expresa tanto mediante la frase vernácula «Kami no michi» como por el
sinónimo shinto, variación japonesa de las palabras chinas shen (espíritu) y dao (camino). También
conocido como «SINTOÍSMO», se refiere el nombre a la religión nativa de Japón que supone la
adoración de los kami o espíritus de la naturaleza. Los orígenes del Shintoísmo se remontan a la Edad
Antigua, cuando todavía era un culto a los fenómenos o fuerzas (sobre)naturales (las tormentas, las
montañas, el Sol, la Luna o los ríos), que los creyentes identificaban con las deidades llamadas kami. Algunos kami son muy locales y son conocidos como espíritus o “genios” de un lugar en particular,
pero otros representan objetos naturales mayores y procesos, por ejemplo, AMATERASU, la diosa del
Sol. El Shintoísmo ha sobrevivido desde tiempos remotos hasta la actualidad, pero con el transcurso
de los siglos ha experimentado innumerables adaptaciones y transformaciones, especialmente gracias a las influencias provenientes desde China a través del Budismo y el Confucianismo.
Historia del Shinto
Los orígenes de esta religión se remontan a la prehistoria japonesa, aunque no está claro si la
cultura Jomón (entre 11.000 y 300 a.C.) poseía un sistema de creencias basado en la reverencia hacia
los kami, al menos de forma parecida a la actual. Con la llegada de la cultura Yayoi sí que aparecen ya elementos iconográficos claramente shintoístas.
La religión shintoísta surgió durante el periodo
prehistórico Yayoi (entre 300 a.C. y 300 d.C.), uniendo el
chamanismo nativo, el animismo y las creencias populares.
Demasiado simple, desorganizada y con ideologías muy
generales como para desarrollar una estructura o dogma, alcanzaron renombre sólo a fines del siglo VI de nuestra Era,
para diferenciarse de las nuevas creencias budistas, taoístas
y confucionistas que habían llegado desde China y Corea. Al
mismo tiempo que la religión shinto tuvo que enfrentarse al
desafío que significaban esas otras creencias tan
sofisticadas, también se vio envuelta en la consolidación del
gobierno dirigido por la familia imperial; a raíz de esto, el
kami tutelar de los clanes más importantes de ujigami se
transformaron en deidades nacionales, organizados en un
panteón que reflejaba las relaciones políticas existentes.
Alrededor del año 645 d.C. se organizó un sistema, por lo
que el Estado les hizo donaciones oficiales a los santuarios más importantes (que eran alrededor de
3.000 en el siglo X). Algunos conceptos y formas de culto fueron copiados a los budistas, y los
fundamentos históricos fueron extraídos de las escrituras KOJIKI y del NIHON SHOKI.
Desde la introducción del budismo en Japón en 538 d.C., se convirtió en la creencia
extranjera más importante de ese país. Desde el siglo VIII en adelante, los japoneses aprendieron a
conciliar ambas creencias mirando y considerando el kami como reencarnaciones de Buda o de
Bodhisattva, proceso que fue ayudado por una revelación en el santuario de Ise en el año 743,
revelación en la que la misma diosa AMATERASU dijo ser un aspecto del Buda cósmico. Los templos
budistas fueron construidos dentro de los recintos de adoración shinto y a los sacerdotes budistas les fueron confiados algunos santuarios shintoístas. El Shinto se mantuvo puro y sin alteraciones sólo en
los centros religiosos más venerables, tales como el ISE SHRINE. Pero producto de influencias
extranjeras, el shinto adoptó nuevas ideas e incluso incorporó el lenguaje escrito para otorgarle más
forma e identidad a la religión: la síntesis prosperó ...
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